El Naturhouse La Rioja se ha impuesto por 29-23 al Globalcaja Ciudad Encantada de Cuenca en un choque que se ha resuelto en el primer tiempo, en cuanto el equipo de Logroño ha aumentado su ritmo de juego.
El conjunto conquense, uno de los últimos clasificados de la Asobal, ha hecho un buen partido mientras le ha durado la fuerza y mientras la exigencia del juego ha sido menor; pero en cuanto el Naturhouse ha mostrado su verdadera identidad, sus «costuras» han quedado al aire y la lógica se ha impuesto en el marcador.
El Naturhouse trata de mejorar su cara desde que quedó eliminado de Europa; hasta hoy le había costado ser el equipo intenso y resolutivo de antes, y hoy, al inicio del partido -y en algunos otros momentos- tampoco estuvo centrado.
De inicio no se encontró cómodo ante una defensa muy ajustada y eso le pesó durante veinte minutos; de hecho, en los diez primeros minutos solo Albert Rocas marcó goles para el Naturhouse y en los diez siguientes tampoco sus compañeros mejoraron, con lo que el equipo de Cuenca se mantuvo por delante en el marcador con ventajas de uno y dos goles.
Pero cuando empezaba la recta final del primer tiempo, en el minuto veinte, el Naturhouse subió la intensidad de su defensa y atacó con más velocidad mejor para tomar las riendas del partido.
UN SIMPLE CAMBIO DE RITMO
Con ese simple cambio de ritmo ya no dejó de dominar el choque y llegó al descanso con una renta, probablemente inmerecida, de cinco goles (15-10).
El Ciudad Encantada comprendió que tenía poco que hacer ante el segundo clasificado al poco de reanudarse el encuentro, cuando vio como crecía la diferencia (22-15, minuto 13) y muchos de sus esfuerzos se topaban con un Kappelin estelar en la portería local.
No obstante, el marcador no fue a mucho más en contra del Ciudad Encantada porque el Naturhouse dedicó la recta final a realizar pruebas con sus jugadores más jóvenes y porque el partido perdió intensidad.
Y es que, en realidad, el equipo de Cuenca no merecía más castigo que los seis goles por los que perdió finalmente (29-23) en Logroño ante un Naturhouse que recupera su identidad poco a poco.