No partía entre los favoritos, pero el talaverano Fernando Alarza es uno de los mejores triatletas del mundo y la pasada madrugada ha obtenido la duodécima plaza en el triatlón de los Juegos Olímpicos de Tokio, en una prueba en la que se impuso el noruego Kristian Blummenfelt y el mejor español fue Mario Mola, décimo.
El cambio a la carrera condena a los españoles
Alarza hizo una buena carrera, remontando en la parte final hasta quedar cerca de los 10 primeros en una durísima prueba marcada por las altas temperaturas y la humedad. Pero lo cierto es que la carrera se le escapó al talaverano, como al resto de los españoles, en el inicio de la carrera a pie. Llegaron en el pelotón principal con la bicicleta, pero no es los puestos cabeceros, algo que les condenó en la carrera a pie, porque ni Alarza, ni Mola, ni Javier Gómez Noya pudieron contactar en ningún momento con un primer grupo de unos diez corredores que se formó al inicio del 10.000 final.
En ese relevo Alarza pasó en el puesto número 33 y de ahí fue remontando vuelta tras vuelta. En la primera ya había remontado hasta el puesto 21, siendo el primero de los españoles que marchaban en grupo. Después fue superado por Mola, aunque en las siguientes dos vueltas siguió pasando a rivales, hasta que finalmente finalizó en el puesto número 12, tras adelantar en el tramo final a uno de los favoritos, el francés Vinçent Luis.
El sucesor de Brownlee
Blummenfelt, de 27 años, cubrió el recorrido, de 1.500 metros a nado, cuarenta kilómetros en bicicleta y diez más de carrera a pie, en una hora, 45 minutos y cuatro segundos; y se adjudicó la durísima prueba, marcada por el gran calor y la elevada humedad, por delante del británico Alex Yee -a once segundos-, que capturó la plata; y del neozelandés Hayden Wilde, que entró a veinte segundos y se colgó al pecho la medalla de bronce.
El noruego sucede en el historial de la prueba olímpica al inglés Alistair Brownlee, que en Rio 2016 revalidó el título logrado cuatro años antes en Londres; y que no compitió este lunes en Tokio.
El único quíntuple campeón mundial de la historia, el gallego Javier Gómez Noya, fue vigésimo quinto, a dos minutos y 42 segundos del flamante campeón olímpico.