“Un partido sin goles, es como un domingo sin sol”, esa frase del mítico Alfredo Di Stéfano ejemplifica a la perfección lo vivido en el Marchamalo-Toledo, en el que el meta gallardo se erigió como el salvador de los suyos con infinidad de paradas para disecar al conjunto capitalino.
Manu Gavilán
Que a un «killer», matador del área, siempre se le echa en faltaes obvio, pero si se trata del CD Toledo el dolor de la ausencia alcanza cotas mayores. No solo por falta de gol, que también, sino por la labor de faro, de hombre referencia especialista en aquello de bajar la pelota, otear el horizonte y sembrar el pánico. Y en el equipo de Gala, esa figura no es otra que Manu Gavilán, ya de vuelta a la titularidad tras un paso por la enfermería.
El que primero tocó la puerta fue el Toledo mediante Gavilán, que tras una combinación tan formulada como dinámica, encontró espacios y compuso un disparo mordido. Ni despeinó a Jony Abuín. Aunque cuando vienes bajo de moral, nunca está mal empezar avisando.
El Marchamalo, obra de Aitor Gómez
El CD Marchamalo es en parte obra esculpida por Aitor Gómez. Lo condujo desde Preferente hasta Segunda RFEF y puso el nombre de la localidad guadalajareña en el panorama futbolístico. No se achicó en las mal dadas para sacar al equipo del pozo, casos que solo puntualmente se ven en esto del balompié.
En el día grande con la visita del Toledo, el técnico gallardo planificó una batalla de tú a tú. Nada de guardar la ropa. Así tambaleó la zona sensible verde (esta vez de negro y rosa) con destellos temerarios para Yelco. Uno saboreó el palo por la desconexión de Pablo Rivero a boca de gol y, otro, acabó despejado por Iván González. Todo un castigo merecido para un cuadro imperial soso y trabado en el último cuarto que, además, perdió a Carlos Moreno por lesión. ¿Lo mejor?, el tiempo de asueto, de suma necesidad.
Cambio de chip
Al CD Toledo eso de enfilar el túnel de vestuarios le supone un cambio de chip. Un reseteo en pos de disparar a puerta digno de estudio, porque hasta antes no lo había hecho. Así que animó el cotarro Pepe Delgado a través de un centro chut al que Jony puso la manopla. Y sí, fue entre los tres palos. Noticia merecedora de mención. A ese ademán de romper la igualada le siguió una volea de Piochi poco ortodoxa en la cornisa del área.
Consumada la hora de partido, tanto Rubén Gala como Aitor Gómez se vieron envueltos en la obligatoriedad de cambiar fichas. El palentino apeló al doble punta con la entrada de Gabri: decisión ajena a su libro de estilo, pero vital para el intento de destronar el empate.
Con más corazón que cabeza, el Toledo volcó su juego sobre la portería local. Peteiro se vio solo, seguramente algo sorprendido por ello, y efectuó un envío raso y potente al que, de nuevo, el meta gallardo puso freno. Más tarde, el que lo intentó sería Angelito sin alegría alguna, ya que volvió a aparecer la estela de Jony para denegar otro triunfo al equipo toledano, que acumula tres jornadas sin sumar de tres.
Ficha del partido
CD Marchamalo: Jony Abuín, Kiko, Oli, Acuña, Pablo Rivero, Óscar Cabo (Daniel Fernández, minuto 79), César, Mariano Hernández (Alex, minuto 76), Luka (Daniyo, minuto 62), Juampe (Pablo, minuto 79) y Peñalvo.
CD Toledo: Yelco Ramos, Luna, Iván González, Carlos Moreno (Marcos González, minuto 24; Peteiro, minuto 69), Kupen, Theo García, Pepe Delgado, Piochi, Abraham (Gabri Salazar, minuto 69), Angelito y Gavilán.
Tarjetas: Pepe Delgado (amarilla, 10’), Carlos Moreno (amarilla, 21’), Gavilán (amarilla, 39’) y Kiko (amarilla, 51’).
Mario Peñalver