Jornada agridulce para el Yugo Socuéllamos. Deportivamente, obtuvo un gran resultado en casa del Móstoles, pero un aficionado del club socuellamino falleció a primeras horas de la tarde por causas naturales en el autobús que regresaba del partido disputado al mediodía. Era un varón de 61 años, de nombre Alfonso, que se quedó inconsciente en el interior del autobús, que inmediatamente paró la ruta. Los hechos sucedieron en el kilómetro 72 de la autovía A-4, dentro del término municipal de Dosbarrios, en la provincia de Toledo.
El aviso fue dado a las 15.34 de la tarde, según confitmó a encastillalamancha.es el Servicio de Urgencias 112 de Castilla-La Mancha.
El hombre, con iniciales A.C.A., fue atendido por los servicios sanitarios, pero no pudieron hacer nada por su vida y falleció.
Hasta el lugar se trasladaron agentes de la Guarda Civil, un helicóptero medicalizado, una ambulancia de urgencias y médico de guardia de Ocaña.
En lo deportivo: 0-1: lo mejor para el Yugo Socuéllamos, con diferencia, fue el resultado, estupendo para los intereses de los azulones. Y eso que no fue nada fácil para ellos, ya que el Móstoles se rehízo después de unos comienzos algo dubitativos en el inicio de ambos tiempos para acabar poniendo contra las cuerdas al «Socu».
El Socuéllamos amagó primeramente
Con todo, fue el equipo visitante el que amagó primeramente: Belencoso, Acevedo, Chupi, pudieron adelantar a su equipo, pero tras ellos llegó la reacción madrileña, que hizo tiritar al Socu y a sus muchos seguidores en tierras madrileñas.
De esta manera, Jime y Morato ponían el miedo en el cuerpo forastero. A este último hasta le anularon un gol. Con 0-0 se llegó al descanso. El cuadro socuellamino seguía bien vivo.
Después de un nuevo amago ofensivo de Belencoso, otra vez Jime y Fratelli, de cabeza, a punto estuvieron de inaugurar el marcador.
Y, cuando peor se le ponían las cosas al Yugo Socuéllamos por la expulsión de Toboso por una entrada fuerte en el minuto 81, vino el gesto de gallardía del equipo castellano-manchego: contra y gol de Borja. La volea de Vega fue el último suspiro del choque.
No pudieron pedir más de los Mario Simón.