Como ocurre muchas veces, el Talavera empezó muy bien, de forma dinámica, abriendo por las bandas, sobre todo por la derecha, de forma dinámica. Avasallando. Aprovechando la leve mejora del estado del campo después de las últimas lluvias.
Por eso no fue de extrañar el primer gol del partido, obra de Pablo Aguilera, quien se aprovechó de un maravilloso paso filtrado, entre tres despistados defensas murcianos, pero que él se encargó de transformar a la perfección, sin ponerse nervioso, para nada. Corría el minuto 13.
El Talavera encontraba un filón por su banda derecha, con las entradas de Expósito y Oca. Por el Murcia, nada… hasta que llegó un doble fallo groserísimo del Talavera: San José perdía un balón lamentablemente, y después el meta Óscar Santiago salía al quite adelantándose demasiado el balón. Josema aprovechaba el doble regalo fusilando a la escuadra. Corría el minuto 27.
De ahí al final de la primera parte, el Talavera siguió haciendo un buen fútbol, y el Murcia poco más. Su empate fue un regalo del Talavera.
[ze_summary text=»El Talavera se empeñaba en regalar bombones al Murcia»]El Talavera se empeñaba en regalar bombones al Murcia[/ze_summary]Que se empeñaba en regalar bombones al Murcia, concretamente San José, que cometió un penalti groseramente claro sobre Víctor Curto a los dos minutos del inicio de la segunda parte. Curto, impertérrito, paladeó el segundo bombón: 1-2. Y lo que era peor: el Murcia no había hecho prácticamente nada. Inaudito.
A partir de ahí, el Talavera fue un quiero y no puedo. Los cambios no le mejoraron. El Murcia, a perder tiempo y a defender. Jamás ganó un equipo haciendo tan poco. Los blanquiazules se mostraban espesos, no finos. Fue una segunda parte muy mala por parte de los dos equipos.
Al final, 1-2 y al Talavera se le puso una cara de tonto como pocas veces antes.