La siguiente es una de esas historias que hacen grande al fútbol, por si hiciera falta: la de Alberto Gil Ruiz, que nació en San Sebastián pero de padres toledanos, cuya pasión por la Real Sociedad es tal que toda su vida ha estado marcada por la misma, ha viajado varias veces para seguir a su equipo y hoy domingo, en partido de Copa del Rey entre el Cazalegas y su Real, no ha faltado a la cita, ya que es uno de los aficionados presentes el choque en el estadio municipal El Prado.
Pero la historia de la pasión por la Real de Alberto Gil tiene su intrahistoria particular. ENCLM la cuenta gracias al relato de su esposa.
Vive en Toledo y sus padres son toledanos
Alberto vive en Toledo con su familia. Desde pequeño colecciona camisetas de la Real. En su casa tiene copas, vasos, una mochila, sábanas… aunque su mujer e hijas son del Atlético de Madrid. La familia viaja todos los años una vez a San Sebastián para ver al conjunto donostiarra.
Alberto Gil, el apasionado fan de la Real al que ir en silla de ruedas no le impidió estar en el Pradohttps://t.co/gxUwyOxeoT
— encastillalamancha (@Enclmdiario) November 13, 2022
Hace ocho años polineuropatía aguda sensitiva le dejó en silla de ruedas
Hace ocho años Alberto cayó enfermo, aquejado de una polineuropatía aguda sensitiva que le llevó a una silla de ruedas, pero eso no le quitó nunca su ilusión por la Real Sociedad de San Sebastián.
Así, la familia le ha seguido cuando ha podido con silla de ruedas y un carrito de bebé. Alberto tiene tres hijas; a la primera, cómo no, le pusieron un nombre vasco, Irune.
En la familia solo él es de la Real
El año pasado Alberto cumplió 50 años. Su mayor ilusión fue celebrar una fiesta de la Real, con toda la familia vestida con las camisetas de su equipo. De la familia, solo él es de la Real, pero por él, toda la familia le hizo ese regalo.
Llegaron a viajar durante dos días para ver subir al conjunto donostiarra ascender a Primera División con una de sus hijas recién nacida. Su familia y él han hecho «infinidad de locuras» por su Real Sociedad, hasta el punto de decorar la casa durante el confinamiento.
Su familia suspira por establecer contacto con alguien del club donostiarra, no en vano este vasco es tan apasionado de la Real. «No es fan, es lo siguiente», subraya su esposa, quien añade: «Sé que habrá mucha gente como él, pero durante estos ocho años de enfermedad lo ha pasado realmente mal… Y ahí siempre tenía a su Real para disfrutar de su pasión, como alivio».
Todos los años, por su cumpleaños, tiene chándal nuevo de la Real; ahora están acondicionando un salón muy grande, que será su museo, para colocar en él todas las cosas que ha reunido desde pequeño, hasta aquella bandeja del año 1982, y el banderín de ese mismo firmado por los jugadores (ese año la Real Sociedad se proclamó campeón de liga).
En el Prado habrá muchos aficionados, pero…
En el Prado habrá muchos aficionados, pero que vivan en Toledo y tengan tantísimas cosas de la Real… Por si fuera poco, Alberto atesora varios hasta álbumes que contienen recortes de periódicos con artículos que hablan de las diversas ligas ganadas por «su» Real Sociedad de San Sebastián.
¿Qué une a la Real Sociedad con el campo «El Prado» de Talavera?