Globalcaja Ciudad Encantada ha ganado el derbi castellanomanchego de la Asobal y ha certificado su permanencia, un año más, en la máxima categoría del balonmano español.
El BM Guadalajara, por su parte, tendrá que esperar a mañana, cuando Teucro juegue en la cancha de Anaitasuna, para conocer su suerte.
El conjunto conquense venció merecidamente a un oponente que jugó a trompicones y que se mostró inferior en todas las facetas del juego.
La defensa de Cuenca fue una pesadilla para la escuadra local. A menudo con un hombre adelantado, que dificultaba las acciones de ataque de los locales.
Los conquenses buscaban a Víctor Frade en el pivote, pero anotaba más con Alves y Rafa López, desde los nueve metros. Los morados, por su parte, se encomendaron a la muñeca de su máximo anotador, Fabio Chiuffa.
La zaga de Globalcaja, intensa y centrada, estaba desquiciando a los hombres de César Montes, que transitaron por un parcial sin anotar. Con 5-8 en el luminoso, el técnico andaluz de vio obligado a detener el crono.
Tampoco con Montoya mejoró el ataque del BM Guadalajara. Los visitantes, penetrando con facilidad en la zaga morada, alcanzaron su máxima ventaja (6-11).
En la recta final del primer período, a base de casta, el conjunto local inició la remontada. Tras un parcial encajado de 3-0, ahora fue Lidio Jiménez quien pidió tiempo muerto. Jugaba en inferioridad, pero Guadalajara pudo irse al vestuario con el empate, de no haber errado Montoya una pena máxima. Tuvo que hacerlo Chema Márquez, en la reanudación del choque.
Tras lograr lo más difícil, igualar una diferencia de cinco goles, de inmediato recobró Cuenca ventaja (11-13). Pedro Fuentes, con dos movimientos idénticos desde los seis metros, restableció la igualdad.
El partido entró entonces en un intercambio de goles, que hizo disfrutar al respetable, no tan numeroso como en otros derbis castellano-manchegos. Thiago Alves estaba desatado. Respondía Márquez por el cuadro morado. Al contrario que en el primer período, ahora los ataques superaban a las defensas. Los porteros apenas repelían balones.
Así pasaron muchos minutos, con Cuenca anotando y Guadalajara empatando. Hasta que los pupilos de Lidio Jiménez, propulsados por Alves desde la lejanía y Vainstein en los siete metros, pegaron un estirón en el luminoso (19-22).
Restaban 10 minutos, y llegaba la hora de decantar el derbi hacia algún lado. Las jugadas se alargaban. Parecía más lúcido en su ataque Cuenca. Era muy espeso el juego del BM Guadalajara, frenado por la formidable defensa verde.
Hugo López daba a Cuenca la máxima renta del segundo período (22-26). Entonces emergió Hombrados, cuyos números estaban siendo pésimos, y Fabio Chiuffa, hoy intermitente. Acercándose a su registro medio anotador, el extremo carioca acercó de nuevo a los suyos.
Pero Globalcaja quiso certificar su permanencia en la cancha del eterno rival. Con un ataque imparable, derrotaron a un Guadalajara que no bajó los brazos hasta el pitido final (29-31).