No debe ser fácil de digerir que la mejor karateca de la historia y la única campeona olímpica de la disciplina, Sandra Sánchez, no sea japonesa. Porque Japón es la cuna del karate como deporte y filosofía de vida. Y mucho menos tiene que ser sencillo encajar que la corona olímpica la consiga una española, en Tokio, en el mítico Bido Kkan y derrotando a una nipona, Kiyou Shimizu, una grandísima karatecea que ha tenido la mala suerte de ser contemporánea en el tatami de la talaverana.
Ella, Sandra Sánchez, es la culpable de este atrevimiento histórico y universal. Y solo alguien como ella puede conseguir que una derrota «dolorosa» acabe en un reconocimiento del Gobierno japonés y hasta que el embajador japonés reconozca en Madrid que tenía el corazón partido en la final olímpica, entre su compatriota y la española, una figura consagrada y venerada en su país.
Distinción del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón
Hasta el punto de que el Ministerio de Asuntos Exteriores nipón decidió otorgar a Sandra Sánchez una distinción como reconocimiento por su contribución a estrechar los lazos de amistad entre Japón y España a través de su pasión por el karate. Entre sus méritos destaca los fuertes vínculos que mantiene con la ciudad de Fujinomiya, población anfitriona del equipo olímpico español, su lugar de entrenamiento y en la que ha realizado numerosos intercambios culturales. Para esta ciudad, Sandra Sánchez es una figura muy especial que contribuye enormemente a fortalecer los vínculos entre Japón y España. Su brillante trayectoria le ha llevado a ser Campeona Olímpica en Tokio 2020 y la número uno del ránking de la Federación Internacional de Karate.
En imágenes, la entrega del reconocimiento del Gobierno de Japón a Sandra Sánchez
El lunes 17 de octubre tuvo lugar la entrega de esa distinción, en la residencia del embajador en Madrid, Kenji Hiramatsu, y ante un centenar de personas apoyos fundamentales para la talaveran, entre ellos sus padres, Serafín Sánchez e Isabel Jaime, su hermano Paco Sánchez y, por su puesto, su esposo y entrenador, Jesús del Moral, el seleccionador nacional de karate en katas más laureado. El diplomático expresó su admiración y cariño hacia Sandra, así como la de su país, hacia la deportista española, que con su talento deportivo y calidad humana ha rendido tributo a la cultura y el deporte rey del país del Sol Naciente.
Las banderas de Japón y España, en los pendientes
Siempre atenta a los detalles, la campeona lució un traje con kimono y pendientes con la bandera nipona en una oreja y de España en la otra. Y hasta se atrevió a pronunciar en lengua japonesa una parte de su discurso, que estuvo plagado de agradecimientos, especialmente a su familia y, por supuesto, a su «maestro de karate y de vida, la persona que luchaba contra Goliat para defenderme», Javier Pineño. Fue su descubridor, hoy vicepresidente de la Federación Española de Karate; también tuvo palabras de gratitud y carño para Antonio Moreno Marqueño, presidente de la Federación y vicepresidente del COE, para sus compañeros de tatami, patrocinadores, amigos y periodistas que siempre han estado con ella en su carrera.
«WikiJesús»
Especialmente emotivas fueron sus referencias a Jesús del Moral, maestro, marido, entrenador y protagonista de todos los mejores momentos de su vida desde qeu apareció en lla. con el tiene previsto vivir algunas temporadas en Japón y a quien se refirió como «wikiJesús», porque lo sabe todo de Japón y del karate.
Entre los asistentes estaba el alcalde de La Roda, Juan Ramón Amores, un amigo muy querido para Sandra Sánchez; el directo general de Deportes de Castilla-La Mancha, Carlos Yuste; el concejal de Deportes de Talavera, Sergio Gutiérrez; y periodistas como Roberto Brasero o la directora de encastillamancha.es, Mar G. Illán.
El homenaje del COE a los irrepetibles Sandra Sánchez, Damián Quintero y Jesús del Moral