Le pillamos camino del Aeropuerto. ¿Destino? Nantes (Francia). ¿Futuro inmediato? «Volver a la rutina con la disputa de la Copa de Francia. ¿De quién estamos hablando? De uno de los jugadores más importantes de la Selección Española de balonmano, la de los «hispanos», que se acaba de proclamar la mejor del mundo humillando a su ancecesora, Dinamarca: Jorge Maqueda. Del logro del Mundial, tan enorme, espera que sirva para que el balonmano salga adelante, «ya que la cosa estaba bastante jodida», sentencia.
El quereño sigue siendo el mismo que antes de ser campeón del mundo. Si puede ser, accesible. Eso sí, habla como juega, como es, o sea, como una moto.
Preguntado sobe si esperaban una final tan fácil, tan inesperadamente «redonda», según su expresión, contesta que, obviamente, no: «Nos salió una final redonda. Lo que ocurrió fue que no les dejamos, y cuando se quisieron dar cuenta, ya era tarde y no tuvieron tiempo de reaccionar».
¿Cuál fue la clave de la final? Salió tan bien porque salieron a la pista «tranquilos, a disfrutar, sin presión, a poner el colofón a un gran torneo, ni ellos se esperaban una final así», aventura Maqueda, que pronto se convertiría en uno de los hombres clave de esta gran selección. Él mismo admite al respecto que está «ya consolidado como lateral derecho». De sobra lo ha demostrado a lo largo del campeonato.
¿Es el Mundial lo máximo a lo que puedea aspirar un jugador de balonmano?, se le espeta. «Un Mundial está muy bien, ya que pocos pueden decir que lo ha conseguido, pero lo más grande es una medalla en los Juegos», considera.
Muchos aguardamos pacientemente hasta el final de la retransmisión de TVE para comprobar si Jorge Maqueda cumplía su promesa de dar una vuelta a la pista en calzoncillos o no. Ya fuera de las cámaras de TVE, al menos en directo, el quereño, al que siempre le veía como el más entusiasta en las celebraciones, cumplió con su palabra: «Aunque a medias, porque solo di media vuelta a la pista», comenta.
Maqueda, mientras atendía a encastillalamancha.es, iba al aeropuerto, rumbo a Nantes (Francia), localidad en cuyo equipo juega. «Vuelta a la rutina, a jugar el sábado (26 de enero) la Copa de Francia.
El campeón del mundo, como sus compañeros, espera que el título sirvara para algo: «Espero que sirva para que el balonmano salga adelante, porque la cosa estaba bastante jodida», afirma el quereño, quien se siente «orgulloso» de su pueblo, Quero, que le preparó una gran fiesta.
Durante la celebración del Mundial, Maqueda reconocía en una entrevista que los técnicos le tenían que recomendar muchas veces «calma», dada su impetuosidad sobre la cancha, un simple reflejo de cómo es él. «Sí, ando un poco revolucionado. Me dicen que permanezca tranquilo, pero es una de mis características, y hay que aprovecharla para lo bueno», concluye.