El pasado viernes fue el último acto del fin del Toledo Balonmano, cuando el extesorero Pedro Rodríguez notificó a la plantilla que ya no había ninguna esperanza, solo aguardar (¡otra vez!) a que mañana los jugadores recibieran la mensualidad del mes de octubre, de las tres que les adeudan. Tras esto la desbandada fue general. Uno de los últimos fue Gullermo Barbón, que ya desde su tierra, Asturias, confirmaba a encastillalamancha.es que no volvería en ningún caso, ya que aunque la base del club no ha faltado con él ningún pago, lo que cobraba no le daba ni mucho menos para vivir. Ahora maneja ofertas.
«Estoy muy agradecido a la base del club, que nunca ha fallado conmigo en ningún pago, pero con 250 euros mensuales obviamente no puedo vivir», ha dicho esta mañana Guillermo Barbón desde Asturias, su tierra, donde ya piensa en el futuro inmediato, que pasa difícilmente por la Liga Asobal, como él mismo reconoce, con lo que sus posibilidades pasan por la Primera División o el extranjero, dado que la normativa les impide fichar en plena temporada por un equipo de la misma categoría en la que estaba el Toledo Balonmano, la División de Honor B.
A Barbón le deben ocho meses y medio: tres de esta temporada, cuatro de la pasada y uno y medio de hace dos ejercicios.
Barbón se lo piensa muy bien: «Hay que hacerlo, para que no nos vuelva a pasar lo del Toledo Balonmano», aclara. Barbón fue de los últimos en abandonar un barco que se empezó a despoblar ya la semana pasada. Algunos ni siquiera tuvieron la paciencia de aguardar al ultimísimo plazo, que expiraba el pasado vienes 13 de enero. A los nueve jugadores que tenían ficha profesional solo les queda aguardar a que la Federación, una vez que compruebe que el extinto club no tiene fondos (algo no muy complicado, precisamente), les abone lo adeudado con los 18.000 euros que tiene en su poder del aval depositado al inicio de la temporada.