El Albacete Balompié celebró la tarde del lunes su ascenso a Segunda división recorriendo el centro de la capital albaceteña en un autobús descubierto, arropado por más de 30.000 aficionados que se han agolpado en las calles de la ciudad.
El autobús, en el que han ido todos los jugadores y el cuerpo técnico, se ha dirigido hasta la Catedral de Albacete, donde la plantilla ha hecho una ofrenda floral a la Virgen de los Llanos por el ascenso.
La celebración ha tenido su punto álgido en la «Fuente del Parque», donde el autobús ha estado detenido durante media hora para que el meta Dorronsoro, que ha ejercido como improvisado «speaker», ha presentado ante los aficionados a cada uno de los jugadores del equipo blanco.
Por su parte, el técnico del Albacete, Luis César Sampedro, ha destacado el mérito de su equipo porque considera que «es mucho más difícil ascender de Segunda B a Segunda que de Segunda a Primera porque tú en Segunda haces ocho o diez puntos y subes pero en Segunda B te vale para jugártelo con otro campeón».
Sampedro ha destacado que este ascenso es «muy importante» para la ciudad porque sabe que el club «llevaba diez años sin celebrar grandes cosas» y, encima, la temporada que viene va a disfrutar de lo que ha definido como una Segunda A «con pedigrí».
«Habrá equipos como Osasuna, Betis, Zaragoza, Mallorca así que imaginaros lo que supone para todos», ha apuntado.
Uno de los capitanes del Albacete, Miguel Núñez, y superviviente del equipo que descendió a Segunda B de hace tres temporadas, se ha mostrado exultante por vivir «la otra cara del deporte» y se ha acordado de «todos aquellos que han estado conmigo en los malos momentos».
«Me han enviado muchísimos mensajes pero no he podido contestarles a todos. Me acuerdo de todos los entrenadores y compañeros que he tenido aquí y de toda la gente de mi pueblo», ha manifestado el futbolista natural de Siruela (Badajoz).