Es bajito pero cualquiera se mete con él. Es es el actual campeón de Europa de kárate, es de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) y un crack mundial de este deporte. Comenzó a practicar el kárate a los seis años y ni él ni sus padres se imaginaban que llegaría a ser uno de los mejores del mundo. Su siguiente reto es renovar el título europeo. Se llama Matías Gómez, todo un campeón.
Hará cosa de 21 años un entrenador de kárate entraba asiduamente en el bar de los tíos de Matías, que frecuentaba también su padre. «¡Llévatelo!», le decía su padre al entrenador, como quien no quiere la cosa, de forma casual. Ni el padre ni el hijo sospechaban que ese sería el inicio de «una buena amistad» entre el entonces niño Matías y el kárate, que se transformaría en grandes éxitos a nivel mundial, como así fue.
Ayudó que unos amigos de sus padres tenían un hijo karateka. El caso es que Matías compaginó el kárate con el fútbol, pero le tiraba más el primero. Eso de lograr el cinturón, cada vez más alto, le gustaba. Eso y que ya de pequeño ganaba. El punto de inflexión le llegó a los 17 años, tras ganar el Mundial cadete, nada menos. «Supe entonces que tenía que aplicarme en el deporte y en estudiar más», recuerda, ya que un año más tarde ingresaría en el CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Madrid, en el que aún permanece a sus 27 años. Su experiencia vital y deportiva, sobre todo ese punto de inflexión, lo contó en una reciente charla, encuadrada en la iniciativa «Somos Deporte», organizada por el Gobierno de Castilla-La Mancha, junto a otros ases del deporte regional.
Como decimos, este bolañego tan joven como ilustre sigue en el CAR; también en Madrid está a punto de terminar sus estudios de Ciencias del Deporte, porque sabe que no basta con ser uno de los mejores karatekas del mundo para vivir profesionalmente de este deporte.
EL AÑO PASADO, POCO MÁS DE 400 EUROS DE BECA, Y ESTE, 5.000
Con todo, valora «la labor» de la Junta de Castilla-La Mancha, sobre todo teniendo en cuenta que en años anteriores (excluido el último) no hubo dinero para becas deportivas. El año pasado recibió poco más de 400 euros, cantidad que ese ha elevado a 5.000 euros en el presente ejercicio (la beca máxima es de 8.000). «Pocas comunidades pueden compararse», señala quien sabe que su deporte no está profesionalizado como el fútbol y pocos más, lo que permite a estos deportistas privilegiados a vivir solo de lo suyo.
La competición acaba de empezar este año. Perdió en la cuarta ronda del Circuito Mundial, que no acaba más que comenzar. Su gran objetivo anual es la renovación del título europeo, que se dirime en Turquía el próximo mes de mayo. «Soy el favorito», admite. Antes está el Campeonato de España, en marzo y en Albacete, torneo que ha ganado ya seis veces.
Estos años los karatekas tienen un aliciente: la inclusión de este deporte en la lista de cinco anexos que irán como invitados a los próximos Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Su continuidad en las siguientes citas olímpicas dependerá de la repercusión que tengan en la audiencia.
Matías Gómez, evidentemente, no es el único caso de karateka de éxito internacional. A nivel regional ahí está la talaverana Sandra Sánchez, de las mejores del mundo en katas. ¿Cómo se explica que España siga siendo una potencia mundial del kárate? «Tiene una gran repercusión, hay mucha práctica en los gimnasios», responde.