La plantilla y el cuadro técnico del Puertollano ha empezado a despedirse, a través de las redes sociales, una vez que no ha podido presentar el aval, de 400.000 euros, para salir la próxima temporada en Segunda B, tras el ascenso logrado en la eliminatoria final frente al Pontevedra.
La mayor parte de jugadores estaba pendiente de negociar su continuidad en Segunda B, salvo Luis Verdú, quien ya anunció su marcha a Ibiza por motivos personales, al contar muchos con ofertas de clubes de la categoría o de Tercera división, y una vez que el único con contrato en vigor es el local Rubén Gómez, que firmó su renovación a mitad de la temporada finalizada.
Además, en un hecho que se repite, pues en 2012 el club declinó jugar en Segunda B por motivos económicos, muchos futbolistas están dispuestos a denunciar el impago de las primas firmadas por la disputa del play-off y el ascenso de categoría.
También el entrenador, Pablo Franco, al que se le adeuda alguna mensualidad, ya declaró a Efe que era muy difícil que continuara en Tercera división.
Con la decepción por la imposibilidad de jugar en la categoría ganada en el terrenos de juego, el club está ahora pendiente de celebrar la asamblea de socios, que previsiblemente se celebrará el 19 o el 20, para conocer lo que quieren hacer los socios con el futuro del club, que se presenta más que sombrío.