«¿Todo esto ha sido verdad? No lo asumo aún, debo estar a solas conmigo misma», dice la talaverana Sandra Sánchez, campeona de Europa de kárate en kata, desbordante, espléndida, pletórica, simpatiquísima, muy poco antes de volar a Dubai, donde ha fichado hace cuatro meses por el club Alahli, con el que va a jugar la Premier League de este deporte.
Sandra Sánchez está disfrutando mucho del título europeo ya que le ha costado mucho siquiera el acceso: «Me ha costado mucho que me llevasen, siempre había otra chica ahí, era una cuestión de criterio selectivo; la consecuencia es que acudí con todas las ganas de hacerlo bien», explica.
De 33 años, se ha aventurado a vivir y trabajar en los Emiratos Árabes Unidos, como tantos otros jóvenes, deportistas o no, espoleada por la crisis. En los dos últimos años pudo vivir a duras penas de lo suyo, dando clases aqui y allá además de competir. En Dubai la tratan estupendamente: solo tiene que dar clases a los más peques del club dos horas diarias, y el resto del tiempo es para ella, para entrenar y cuando tenga que ser, competir. Le pagan el coche y la casa, además del sueldo, claro.
Se ha lanzado acompañada de su pareja, también karateka, que trabaja de profesor. «El pack completo», comenta jocosamnete. Su vida ha dado un vuelco en Emiratos. Dice que hay muchas diferencias culturales y que la tratan muy bien. «Es un país en el que la mayoría de la gente es de fuera y donde lo tienen que hacer todo grande», explica Sandra, cuyo título europeo en kata (una especie de demostración, no hay combates ni categorías por pesos, como sí ocurre en el kumite).
«ERA ENVIDIOSILLA Y QUERÍA HACER KÁRATE, COMO MI HERMANO»
Sandra Sánchez empezó a hacer kárate de la forma más curiosa. Sus padres querían que sus hijos pequeños hiciesen algún deporte, así que al hermano lo metieron a este deporte y a ella… al baile. «Yo era envidiosilla y dije que quería practicar kárate como mi hermano», dice, y hasta hoy, hasta el flamante título europeo. A propósito, el hermano llegó a cinturón negro, pero se quedó ahí.
Con Sandra la larga lista de deportistas talaveranos de élite se hace aún más larga. La pregunta de rigurosísimo rigor: ¿Por qué?: «¡Lo lllevamos en la sangre!, ja, ja, ja», responde. «O es que hay mucho trabajo detrás», se corrije.