La árbitro de voleibol albaceteña Susana Rodríguez, que ya ha pitado dos partidos en los Juegos olímpicos de Londres, es una «top-ten» en su especialidad, no en vano es la la primera colegiada española en considerada «Árbitro FIVB», que es la máxima condecoración del arbitraje mundial, distinción que solo comparte con otras 11 colegas.
Ya está metida en faena. Hasta el día de hoy, ha arbitrado el China-Serbia de féminas y el Australia-Argentina de hombres. Ahí es nada. Aún desconoce la próxima cita, ya que las asignaciones son en el momento.
En las respuestas uno se descubre ante su sensatez a pesar de su juventud. ¿Un objetivo para esta su primera cita olímpica? «Aunque creo que las colegiadas que se van a retirar tras estos Juegos deberían pitar las semifinales y final, si me asignan uno de estos partidos no voy a decir que no», admite.
Son sus primeros Juegos y está encantada. «Esto es fenomenal y me hace mucha ilusión, a pesar del desastre organizativo del transporte, que deja mucho que desear», objeta. Y añade que desde los Juegos de Atlanta, ningún árbitro español había sido seleccionado.
Por todo ello, considera ya «todo un éxito» pitar en los Juegos Olímpicos, no en vano en esta cita solo han ido 20 árbitros de todo el mundo.
Susana no puede evitar recurrir a tópicos para expresar cómo se siente: «Es un sueño hecho realidad», pero que ya se olía por las últimas designaciones. «Pero soy muy discreta, hasta que no lo he tenido por escrito…. Aquí acude un número muy reducido de árbitros, pero la esperanza es lo último que se pierde», comenta.
Otro de sus objetivos es, como sucede con los árbitros de fútbol, «pasar lo más desapercibida posible». Y es que esto es lo mejor que le puede pasar a un árbitro, sí, como en el fútbol. También piensa «dar el máximo posible teniendo en cuenta que se pueden cometer errores, ya que aquí el balón circula muy deprisa», explica.
Susana, aunque lleva tras de sí una gran carrera, ha llegado a «lo más»: estar en unos Juegos. Se acuerda de Eloy Molina, quien vio en ella «algo» para haber llegado adonde está, así como de sus padres y marido, que están con ella, aunque no físicamente.
EN LA ÉLITE DEL ARBITRAJE MUNDIAL
Susana Rodríguez ya está entre las mejores árbitros del mundo. Entre sus muchos méritos se encuentran su designación para arbitrar la Copa del Mundo masculina de Japón de 2011, el Grand Prix y el Europeo femenino, las dos últimas citas también en ese año, el cual lo cerró con su participación en el Campeonato del Mundo de clubes de Qatar. Casi nada.
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