Anunciaban que este año la campaña de la vendimia sería buena en cantidad y calidad. Unas previsiones que se han superado en cuanto a la cantidad, lo que ha provocado que algunas bodegas estén desbordadas en Castilla-La Mancha. Algo inédito en la región, pese a que años anteriores se ha tenido que realizar paradas técnicas para dar salida al producto en las propias bodegas. En esta ocasión, se suman los problemas para envasar la uva que va llegando a bodegas y cooperativas, según apuntan diversas fuentes consultadas por este medio.
«Nos encontramos ante una elevada campaña y no hemos planificado bien lo que se nos venía encima». Así explicaba el presidente de Bodegas Félix Solís de Valdepeñas (Ciudad Real), Félix Solís, la situación en la que se encontraba su bodega, que finalmente se mantendrá abierta pese a estar al borde del colapso.
Félix Solís anunció un cierre temporal, pero ese mismo día informó de que permanecería abierta. Noticia que coincidía en el tiempo con el cierre de la Cooperativa El Progreso, de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), durante dos días (10 y 11 de octubre) a la espera de dar salida al producto por vía terrestre cuanto antes.
Otras confirmaban que no se planteaban ni cerrar como, por ejemplo, Bodegas Vinartis, perteneciente al grupo García Carrión.
EL PROBLEMA
El representante de Asaja en la Interprofesión de la Denominación de Origen de Valdepeñas, Gregorio López de Lerma aseguraba que las bodegas están desbordadas para almacenar y que todo se debe principalmente a «la falta de previsión por parte de todos».
La previsión de recogida está siendo superada. De hecho, si se esperaban unos 22 ó 24 millones de hectolitros, lo cierto es que se estima que sea mayor, pero aún no hay datos cerrados.
A ello se suma que la uva se recoge más deprisa gracias a la mecanización del proceso y, a su vez, esto provoca problemas logísticos en las bodegas y cooperativas.
UN DÍA ENTERO PARA DESCARGAR
El colapso es tal que se ha llegado a tardar en descargar unas 24 horas, hay agricultores que han hecho noche esperando a que les recogiesen la uva; un tiempo muy superior al de años anteriores cuando se podía tardar incluso dos o tres horas.
Los viticultores demandan que se dé prioridad a la zona de producción de Castilla-La Mancha; al tiempo que piden que se paralice las nuevas reestructuraciones (que afectarán a unas 80.000 hectáreas), porque consideran que llevará a la ruina al sector.
Aseguran que el problema del colapso es en toda Castilla-La Mancha, si bien el primer caso que se conoció a través de los medios de comunicación fue la zona de producción de Valdepeñas (donde hay unos 4.000 agricultores).
Se espera que la semana que viene finalice en Castilla-La Mancha la campaña, que empezaba con cierta polémica por los precios. De hecho, según los datos de Asaja, hace un año se pagaba un 31 por 100 más de uva tinta y un 51 por 100 más de uva blanca.
A falta de datos cerrados, y ante el colapso, el Consejo Sectorial de Vino de Cooperativas Agroalimentarias de España acordó poner en marcha un sistema solidario entre las bodegas cooperativas para posibilitar la redistribución logística de los productos vitivinícolas que puedan no tener cabida en la región, informó EFE.
Por su parte, la consejera de Agricultura, María Luisa Soriano, ha explicado que las bodegas y cooperativas están organizando a los socios para que la uva pueda ir entrando y se pueda procesar, ante la gran cantidad de fruto que se está recolectando en un espacio corto de tiempo. Soriano ha indicado que hay capacidad para elaborar y procesar toda la uva que se tiene que recoger en Castilla-La Mancha.
Los agricultores siguen recogiendo la uva, pendientes de que no llueva en la recta final.