Muchas son las propiedades que se le atribuyen al vino, pero entre todas ellas destaca la felicidad que provoca cuando una copa se acerca a los labios de su catador. “Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino les hace felices”, decía el descubridor de la medicina que cambiaría el mundo, Alexander Fleming. Mucha razón tenía, porque con una copa de esta bebida en la mano a todo el mundo se le olvidan sus males.
Y es que esa sonrisita y esos grandes momentos con familiares y amigos solo pueden ir acompañados de un buen vino. Bien sea en un chato o un botillo tan típico de Castilla-La Mancha, porque en nuestra tierra, donde abunda lo bueno, y entre lo bueno, el campo destaca. Las duras y largas jornadas en la viña con un trago de bota son más livianas.
En tierra de vinos, Don Quijote mediante, los molinos son gigantes, y no por ello menos culpables, son estos caldos, delirantes. Los hidalgos “no bebían” vino, pero quién diría que el amante al vino era Sancho y no don Alonso de Quijano.
Castilla-La Mancha es el gran productor de vino. En ninguna región se produce tanto como en esta y en el proceso de comercializar más y mejor su marca y sus caldos anda inmersa.
[ze_summary text=»Campaña 2016… 25,5 millones de hectolitros: 10,8 de vino blanco; 9 de vino tinto; y 5,63 de mosto»]Campaña 2016… 25,5 millones de hectolitros: 10,8 de vino blanco; 9 de vino tinto; y 5,63 de mosto[/ze_summary]
La región llegó tardía a la hora de proyectar fronteras afuera el potencial de sus caldos. Otras regiones de España y de Europa se encargaron de vender su marca años atrás, pero los vinos castellano-manchegos no tienen nada que envidiarles y cada año son más conocidos. Tratando de paliar el déficit de comercialización que padece están inmersas bodegas, cooperativas, viticultores, las nueve denominaciones de origen y también la administración.
El propio consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, señala en este mismo especial que la región todavía tiene deberes pendientes. El primero y más importante es precisamente la comercialización de sus caldos.
Además, Castilla-La Mancha afronta en los próximos años un gran reto, muy ligado a esta mercantilización de los productos. El reto pasa por aumentar la facturación en los próximos años hasta los 2.500 millones de euros, un 150 por 100 más de lo que ingresa en estos momentos el sector vitivinícola.
Una producción un 13,5 por 100 mayor que en 2015
La campaña 2016 se ha saldado con algo más de 3 millones de hectolitros más que su predecesora. 25.489.505 hectolitros, de los cuales 19.860.081 son de vino y 5.629.424 pertenecen a mostos sin concentrar.
Es la mayor cosecha de los últimos siete años, salvo “la gran cosecha” de 2013, donde hubo tanta producción que los precios se desplomaron. De esos casi 20 millones de hectolitros de vino, más de la mitad pertenecen a vino blanco, exactamente 10.833.180 hectolitros. La producción de vino tinto se situó en los 9.026.901 hectolitros. Según los datos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (Infovi) y facilitados por la Dirección General de Industria de CLM.
De esta gran cantidad de vino, 2.468.939 hectolitros son vinos con denominación de origen protegida (DOG). Las denominaciones de origen agregan un valor añadido al vino y en la lucha por vender mejor estos caldos están las nueve denominaciones con las que cuenta Castilla-La Mancha.
3.211.052 hectolitros tienen indicación geográfica protegida, 5.970 son vinos varietales y 8.209.641 hectolitros son vinos sin indicación.
El vino de CLM salen fuera
El destino de los caldos que se producen en Castilla-La Mancha está fuera de la región y, sobre todo, fuera de España. En la campaña 2016 Castilla-La Mancha ha exportado menos vino que en la anterior, pero ha mejorado la facturación. Más de 11,4 millones de hectolitros de vino han traspasado las fronteras hasta situarse en Alemania, Francia o China.
Región productora, pero no bebedora
Uno de los datos más preocupantes del sector de vino son los de consumo por habitante tanto en España como en Castilla-La Mancha. Según un estudio de Constanza Business & Protocol School, el consumo en CLM en el año 2015 fue de 15,33 litros por personas y año. En España se sitúa en los 17,25 litros.
Pero la cifra más alarmante es el descenso que se ha producido en estas estadísticas. En el año 2010, el consumo se establecía en 18,7 litros por persona en Castilla-La Mancha. Se ha producido un descenso cercano al 18 por 100. Pero los números tampoco son mejores a nivel estatal, donde la ingesta por persona ha bajado desde los 20,98 litros.
[ze_summary text=»El consumo en CLM es casi tres veces menor que en Italia»]