Más de 4.000 agricultores y ganaderos y 80 tractores es la previsión de asistencia de Asaja para la manifestación que este martes 4 de febrero discurrirá por Toledo bajo el lema «Agricultores y ganaderos al límite». Así lo ha manifestado Asaja a encastillalamancha.es.
Por su parte, UPA ha informado a EFE que se esperan más de 1.000 agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha y 20 tractores .
Las tres organizaciones convocantes son la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), Agricultores y Ganaderos (UPA) y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Fuentes de UPA han informado a Efe de que por su parte tienen unos 400 agricultores y ganaderos confirmados que llegarán en autobús a la capital.
Agricultores y ganaderos saldrán a las 11 del entorno de la plaza de toros
No obstante, las mismas fuentes han precisado que es posible que muchos manifestantes se desplacen en vehículos particulares, por lo que la cifra puede mayor y similar en el resto de organizaciones, de manera que han estimado que podrían alcanzar incluso los 2.000 agricultores y ganaderos en las calles de Toledo.
La salida de tractores y manifestantes está prevista a las 11 horas desde el entorno de la plaza de toros de Toledo, en la calle Marqués de Mendigorría, y efectuarán el recorrido hacia la Puerta de Bisagra para finalizar en la céntrica Plaza de Zocodover.
Una vez allí, portavoces de las tres organizaciones agrarias leerán un manifiesto en el que expondrán los principales puntos de la tabla reivindicativa, de la cual harán entrega de una copia a la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha.
«Hartazgo absoluto ante un futuro que no puede ir a peor»
Los secretarios generales de las tres organizaciones han invitado a toda la sociedad a sumarse a la manifestación para mostrar entre todos el «hartazgo absoluto» ante un futuro que «no puede ir a peor» para la agricultura y ganadería.
Así lo señalaron en una rueda de prensa ofrecida la pasada semana José María Fresneda (Asaja), Julián Morcillo (UPA) y Ángel Gálvez (COAG), quienes coincidieron en «llamar la atención, sin querer molestar» ante el actual inviable futuro del sector agrícola.
Los principales argumentos son la crisis de rentabilidad, la ausencia de precios justos, el desequilibrio de la cadena alimentaria, el rechazo a los recortes en la ayudas de la Unión Europea (UE), las trabas a las exportaciones y aranceles comerciales, la pérdida de renta agraria y los «ataques constantes» al sector.