Desde que el marte 7 se inmovilizó todo el ganado ovino y caprino en Castilla-La Mancha no se ha vuelto a producir ningún nuevo brote de viruela ovina. Una noticia que el Gobierno regional celebra con cautela, pero ya son más de 50 las pruebas que se han realizado desde entonces y todas han dado negativo.
«No ha habido nuevos focos desde que desmovilizamos el caprino y ovino», ha expresado la portavoz del Gobierno, Blanca Fernández, a preguntas de los periodistas, por lo que desde el Ejecutivo están «moderadamente satisfechos». El último brote fue el detectado en Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
La prohibición se podría levantar antes de lo previsto
Por ello, Fernández ha afirmado que la prohibición de mover animales se podrían levantar «antes de lo pensado», pero ha expresado cautela porque hay que «ver la evolución de las analíticas».
«La inmovilización es muy dura y difícil, pero provocaría muchas más pérdidas un contagio extendido», ha remarcado la consejera, quien ha alabado la respuesta que está dando su Gobierno a este problema, con ayudas que ya superan los 4 millones de euros.
Ayudas para la reposición del ganado
La Junta está pagando a 100 euros por animal sacrificado y 110 en el caso de que sea oveja manchega, «según lo estipula el real decreto», ha recordado la portavoz.
Además, el Ejecutivo está trabajando para sacar adelante una línea de ayudas para la reposición de los animales sacrificados, es decir, ayudar a los ganaderos a comprar el ganador que se ha tenido que matar por los brotes de viruela ovina.
Por último, ha resaltado el «compromiso» que entiende que tiene el Gobierno regional con esta causa, ha recordado que este virus se para como se paró al Covid-19: «Restringiendo la movilidad», y ha incidido en que esta enfermedad no se puede contagiar entre animales y humanos