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Todos unos ejemplos 26/06/2013junio 12th, 2017

La Federación de Mujeres y Familias de Ámbito Rural (Amfar) puso en marcha hace unas semanas una Bolsa de Pastoras con dos objetivos. Por un lado, formar a profesionales y, por otro, dar una oportunidad de trabajo en el mundo rural. Desde la organización destacan que el balance es muy positivo y las alumnas puntualizan que ha sido una experiencia muy gratificante.

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«La iniciativa nació a propuesta de los propios ganaderos. Demandaban mano de obra cualificada», explica a Encastillalamancha la presidenta de la Federación de Mujeres y Familias de Ámbito Rural (Amfar), Lola Merino.

Ése fue el detonante, a lo que se sumó los datos de una tesis doctoral donde se apuntaba que aquellas explotaciones ganaderas en las que participaban las mujeres tenían mayor productividad, se registraban menos enfermedades en los animales y la mortandad de los corderos era menor.

A partir de ahí se puso en marcha la iniciativa «Bolsa de Pastoras», donde 52 personas recibirían formación. Al final los elegidos fueron 50 mujeres y dos hombres y se centraron en la provincia de Ciudad Real.

El perfil es muy diverso, ya que hay mujeres con estudios superiores, dentistas, licenciadas en historia del arte…

Lola destacaba también la juventud de las participantes (la edad media es de entre 25 a 35 años), lo que es muy bueno y «esperanzador» para el campo, porque éste está envejecido y necesita la llegada de nuevas generaciones.

Además, Lola destacaba la llegada de las mujeres, puesto que solo el 18 por 100 de las explotaciones ganaderas de Castilla-La Mancha tiene como titular una mujer.

«Esta vuelta al campo es un respiro y abrir la puerta al futuro», afirmaba Merino.

PASTORAS DEL SIGLO XXI

Gracias a la formación que han recibido durante el desarrollo de este proyecto, en el que ha colaborado la empresa de servicios veterinarios Nutevet, las alumnas están preparadas para afrontar las situaciones que les puedan surgir en una explotación ganadera.

Enrique Lozano, uno de los profesores, explicaba la formación impartida, que ha ido desde conocimientos del mundo rural de Castilla-La Mancha hasta los principios básicos de veterinaria. También han recibido formación sobre el ordeño y la crianza de nonatos en lactancia artificial.

«YA HE REGAÑADO A MI MARIDO…»

Enrique explicaba la necesidad de mano cualificada para el ordeño. De hecho, puntualizaba su importancia porque con un buen ordeño se logra disminuir las enfermedades y aumentar la producción.

Al final muchos de los ganaderos han aprendido de padres a hijos y, en muchas ocasiones, la práctica no es la adecuada.

Prado es una de las alumnas de este curso. Mujer de ganadero, «tienen ovejas y vacas», asegura que ésta ha sido «una experiencia muy buena», en la que ha aprendido mucho. De hecho, reconoce que «ya he regañado a mi marido» porque ha visto que no lo hacía correctamente. Afirma sentirse satisfecha con lo que ha hecho y «ya le he dicho a mi marido que monte una sala de ordeño», puntualiza.

MADRE E HIJA, JUNTAS A CLASE

Andrea Prieto ha asistido a clase con su hija, Andrea Crespo, de 22 años. Andrea madre es agricultora y Andrea hija, profesora de infantil, pero que no ha tenido aún la oportunidad de ejercer como tal.

«Como hoy el trabajo no se puede elegir y tenemos que coger lo que nos ofrecen…», comentaba Andrea madre, quien reconocía que le interesa mucho todo lo que tiene que ver con la ganadería y la agricultura.

Del curso destaca a los «profesionales, impresionantes», así como la materia tratada. Adema´s, dada la demanda que existe, consideran que la bolsa de pastoras va a funcionar muy bien.

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