La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Castilla-La Mancha (Asaja) ha hecho balance de un año en el que no ha habido grandes heladas ni excesivo pedrisco (salvo en alguna zonas muy concretas) y, en general, no ha sido un mal año. Eso sí, «a nivel político, esta organización no tiene el reconocimiento que debería tener», puntualizaba el presidente de Asaja, Fernando Villena.
José María Fresneda, en el centro, junto a Fernando Villena (tercero por la derecha).
En la rueda de prensa de final de año para hacer balance de 2013, desde Asaja han analizado la evolución del campo castellanomanchego, al tiempo que se han centrado en su relación con la Administración a la hora de negociar los temas relacionados con la agricultura y la ganadería.
Molestos se han mostrado los representantes de los agricultores a la hora de analizar dicha relación. En este sentido, Fernando Villena aseguraba que, «a nivel político, esta organización no tiene el reconocimiento que debería tener».
Al mismo tiempo, el secretario general de Asaja en Castilla-La Mancha, José María Fresneda, aclaraba que han mantenido «muchas conversaciones con la Junta, muchas reuniones, muchos contactos…», pero «se ha deteriorado el concepto de interlocución y de representatividad».
Un deterioro del que el único culpable es «la Administración regional», a la que han pedido que «sepa separar el trigo de la paja».
Sin decir nombres, aclaraban que «cuando se trata de hablar de políticas horizontales», que se trate con «los que representamos a agricultores para hablar de ello». Al mismo tiempo, criticaban que, precisamente ahí, «ha participado hasta el lucero del alba».
Fresneda ha querido aclarar que, pese a ello, «tenemos buena relación con la Consejería», pero insistía en que «hay que definir el papel de cada cual».