El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha negado en el Congreso de los Diputados que exista una propuesta de la Comisión Europea para autorizar el uso de alcohol de uso de boca de origen distinto al vino para fabricar bebidas espirituosas como el brandy.
Así lo ha asegurado en el Pleno de la Cámara Baja en respuesta al portavoz de agricultura del Grupo Parlamentario Socialista y diputado por Toledo, Alejandro Alonso, quien le había preguntado si el Gobierno pensaba apoyar el cambio de regulación -que haría posible elaborar destilados con materia prima no vínica- que, según remarcó, el ministro se habría comprometido a defender en un consejo regulador.
«No hay ni una sola propuesta de la CE que resulte perjudicial para el sector» en ese sentido, ha aclarado el ministro, quien se mostró «sorprendido enormemente por la preocupación» del Grupo Socialista, al que culpó de apoyar propuestas anteriores lesivas para España.
«Pienso que una vez más se afana usted en generar miedo e incertidumbre» entre los viticultores, ha recalcado Arias.
Ha precisado que en estos momentos la única propuesta que afectaría a España es la reforma de la Política Agraria Común (PAC) y, en este punto, «ya estamos trabajando para corregir los efectos negativos» que representaba la propuesta inicial de la Comisión.
«Ahora estamos luchando contra una PAC que recoge lo que ustedes apoyaron en 2008»: liberalización y menos apoyos y presupuestos.
Ha recordado así que España ha impulsado alianzas en el último año y medio y participa en un Grupo de Alto Nivel con Francia, Italia, Alemania, Portugal y España, que ha realizado propuestas de reforma que recogió el Consejo de Ministros del 19 de marzo.
PROPUESTAS INICIALES
«Hemos dado la vuelta» a las propuestas iniciales y logrado, por ejemplo, prorrogar autorizaciones de plantaciones hasta el 2024 y limitar así las producciones para evitar sobreproducciones.
El ministro acusó al PSOE de contribuir a una reforma comunitaria en 2008 «muy perjudicial», que abría el riesgo de excedentes y caída de precios, eliminaba medidas de mercado como las ayudas a la destilación de alcohol de uso de boca y recortaba en 96 millones el presupuesto.
Por su parte, Alejandro Alonso ha recordado en su intervención que «son muchas las incertidumbres» que pesan sobre el sector, como la amenaza de cierre de mercado chino, las medidas restrictivas del Ministerio de Sanidad y la aplicación de la PAC, además de la posible autorización de materias no vínicas para elaborar brandy.
Una propuesta esta última, que el ministro «tiene encima de su despacho», según ha asegurado el portavoz socialista.
Alonso ha afirmado incluso que el ministro había reconocido en un encuentro con un consejo regulador que «es partidario» de modificar esta reglamentación en el sentido que el PSOE denuncia.
Ha asegurado que, si el Gobierno apoya el cambio de norma, «lo haría pensando en el bolsillo» de los fabricantes del brandy, un producto en cuya elaboración se destinan 650 millones de litros de vino.
De prosperar la normativa -añadió el portavoz-, se produciría un «desequilibrio estructural brutal» y el arranque de hasta 150.000 hectáreas de viñedos.
Autorizar aguardientes no vínicos para fabricar brandy rebajaría los costes para los fabricantes, según ha reconocido Alonso, pero matizó que es «un principio inaceptable» porque sería como permitir añadir agua a la leche o al vino o permitir formas distintas de elaboración de productos tradicionales europeos.