La consejera de Empleo y Economía de la Junta, Carmen Casero, sostiene que «una caja rural regional «fuerte sería beneficiosa para toda Castilla-La Mancha, pues la unión provoca la fortaleza y esa fortaleza hace que todos estemos más tranquilos».
Casero se pronuncia en estos términos en una entrevista con la Agencia Efe en que la apunta que la negociación sobre una posible fusión compete a las dos entidades financieras afectadas, Caja Rural Castilla-La Mancha y Globalcaja, «y lo que ellas decidan bien decidido estará».
«Pero yo, como consejera, sí tengo que decir que creo que la unión provoca la fortaleza y esa fortaleza hace que todos estemos más tranquilos y que por lo tanto podamos funcionar desde otro punto de vista», apunta la responsable de la Junta, quien asegura mantener la misma posición que el pasado año al respecto.
Aún así, Casero manifiesta que las dos entidades «asentadas en nuestra tierra» están «saneadas», son «solventes», tienen «buenos balances» y «tienen un compromiso con el tejido empresarial de la comunidad autónoma».
En cuanto a ese compromiso de las entidades financieras con los empresarios, la responsable de Economía de la Junta tiene claro que los gobiernos «deben apretar a los bancos para que la financiación no sea un obstáculo».
«Claro que les podemos apretar y claro que les debemos apretar», sostiene tras afirmar que suscribe «al 100 por 100» las palabras del premio Emprendedor XXI en Castilla-La Mancha, José Luis García Martínez, quien esta semana avisó de que, si no se da a las empresas la posibilidad de financiarse, al final los emprendedores tendrán que irse a otro país a abrir su empresa.
Carmen Casero recuerda que el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dicho que espera que las entidades financieras «estén a la altura de las circunstancias» y añade: «Aquí, si alguien ha estado a la altura de las circunstancias son los empresarios y las familias».
«SERÍA IMPERDONABLE NO APOYAR A GENTE BRILLANTE»
A su juicio, sería «imperdonable no apoyar a gente absolutamente brillante, con un talento espectacular, que está moviéndose, que se está dejando la piel, que realmente sabe lo que hay que hacer y que apuesta por sectores emergentes».
Casero dice ser consciente de que las entidades «están en un proceso difícil, que Europa exige cada vez más», pero expone que desde que se habla de la segunda reestructuración del sistema financiero «hay mucha gente que se ha quedado en el camino, muchos empresarios».
«Tenemos que trabajar con la banca y tenemos que tener líneas de crédito y líneas de descuento», recalca la consejera, quien admite que «las exigencias sean las que tengan que ser», pues sabe «que no se puede no exigir como ocurría hace unos años, así nos ha ido».
Pero subraya que «hay que llegar a un punto de equilibrio y de sentido común en el que se tenga fe y confianza en personas que no tienen más aval que el de su proyecto».
Y recuerda que «hay gente que tiene una responsabilidad muy grande en su ámbito, como el Banco de España, que haría un favor a todos los españoles si se centrara en su responsabilidad de apretar a las entidades financieras y dejara el debate sobre si hay que rebajar o no el Salario Mínimo Interprofesional en manos de expertos en materia laboral».
«QUE LOS EMPRESARIOS RECURRAN A LAS AYUDAS DE LA JUNTA»
Casero, por otro lado, considera fundamental que los empresarios del comercio de Castilla-La Mancha recurran a las líneas de ayuda que ha dispuesto el Gobierno regional, cuya intención es ayudar al sector en el proceso de modernización y aperturismo que debe emprender.
La consejera anima a los comerciantes a acogerse a las dos líneas de ayuda que acaba de aprobar la Junta, una para pagar los costes salariales de los cuatro domingos o festivos extra que pueden abrir y otra para hacerlos más competitivos mediante el uso de nuevas tecnologías y el asociacionismo.
En conjunto, 2,5 millones de euros que ya están presupuestados y que «se van a pagar», insiste la consejera, quien ve «fundamental» que los empresarios sepan que el cobro de las subvenciones y ayudas no va a dilatarse en el tiempo y a convertirse «en un lastre», como -afirma- ocurría en el pasado.
Casero expone que las medidas han sido consensuadas con un sector que es «muy conservador» en este sentido, pero que sabe, «sobre todo las nuevas generaciones, que, o renovamos algunas estructuras, o nos modernizamos o intentamos abrir en estos festivos o difícilmente podremos ser competitivos».
En este sentido, afirma que el sector tiene que darse cuenta de que Castilla-La Mancha «no es una isla» y no es una región «que se pueda permitir ciertos lujos».
En ese sentido, sostiene que «al campo no se le pueden poner puertas y los empresarios tienen en este sentido que ser aperturistas en la medida de sus posibilidades y el Gobierno les va a apoyar».
De ahí que se haya decidido pagar los costes salariales de los trabajadores que se contraten o de las horas extra que se hagan en los cuatro nuevos domingos que podrán abrir los comercios, para un total de doce al año.
Carmen Casero subraya la competencia que hay en las comunidades autónomas vecinas y manifiesta que el Gobierno quiere ayudar a los empresarios en la transición, porque lo que quiere «es que abran», porque «hay un éxodo muy importante de ciudadanos de Castilla-La Mancha a comprar en otras comunidades autónomas en festivos y en puentes».
La otra apuesta va dirigida a mejorar la competitividad, a «ganar músculo comercial», mediante el fomento de la asociación de comercios, de «los centros comerciales abiertos», y del uso de las nuevas tecnologías.
Por ello, anima a los empresarios a pedir las ayudas, que quiere que se agoten, pues el comercio no solo emplea a 37.000 autónomos en Castilla-La Mancha, con alta participación femenina, sino que en alguno de los 919 municipios de la región «el único equipamiento existente es el comercio».