El número de trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) cerró 2020 en 13.870 personas en Castilla-La Mancha, según ha informado este martes el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Esta cifra, en el caso de Castilla-La Mancha significa que hay 1.002 trabajadores más en ERTE al finalizar diciembre que el día 30 de noviembre, aunque en España la cifra ha evolucionado a mejor en ese período.
Más mujeres que hombres en ERTE
De estos 13.870 trabajadores castellanomanchegos que actualmente se encuentran en un ERTE, un total de 6.375 son hombres, mientras que 7.495 son mujeres.
A nivel nacional, el número de trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) cerró 2020 en 755.613 personas, lo que supone 8.033 trabajadores más que en noviembre, según ha informado este martes el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que ha precisado que si se tiene en cuenta la serie revisada en función de las personas en alta afectadas, el dato de cierre de año es inferior en 95.607 personas al de noviembre.
Desde el momento más duro de la crisis, a finales de abril, el número de personas en ERTE se ha reducido en 2,8 millones, lo que supone que a cierre de 2020 los afectados por ERTE eran un 79% menos que los que había en abril.
El Departamento que dirige José Luis Escrivá ha destacado que esta cifra de 755.613 trabajadores en ERTE supone mantener la senda de «estabilización» iniciada en el mes de septiembre pese a las restricciones administrativas que se adoptaron para contener la segunda ola de la pandemia.
De media, según la serie por fecha de alta, en el mes de diciembre hubo 782.915 personas en ERTE, frente a las 865.677 de la serie revisada del mes anterior y las 676.905 del mes de octubre.
Viejos y nuevos ERTE
El Ministerio ha destacado que esta estabilización de los trabajadores afectados por ERTE es resultado del «trasvase» de los ERTE vigentes antes de la última prórroga a los nuevos esquemas incluidos en la nueva regulación que extendió los ERTE hasta el 31 de enero de 2021.
De esta forma, del total de trabajadores en ERTE con los que se cerró el año, 295.914 pertenecen a los ‘antiguos’ ERTE, cifra que supone unas 36.000 trabajadores menos que en noviembre.
Por su parte, el número de personas incluidas en los nuevos ERTE, con exoneraciones especiales para sectores ultraprotegidos y cobertura para aquellas empresas afectadas por las restricciones administrativas, totalizó 459.699 trabajadores al finalizar 2020.
De ellos, 225.940 personas pertenecen a sectores ultraprotegidos (de los que 175.555 corresponden al listado de CNAE acordado con los agentes sociales en septiembre y 50.385 a empresas de su cadena de valor), 62.197 se encuentran en un ERTE de impedimento y 171.562 en un ERTE de limitación de actividad.
Respecto al mes de noviembre, los trabajadores en ERTE de sectores ultraprotegidos y de su cadena de valor se han reducido en unos 12.000, mientras que los inscritos en ERTE de impedimento han bajado en más de 30.000 y los de ERTE de limitación, en 17.000, tras finalizar algunas de las medidas restrictivas puestas en marcha por las comunidades autónomas.
¿Que pasará a partir del 31 de enero?
El decreto de prórroga de los ERTE aprobado a finales de septiembre extendía hasta el 31 de enero de manera automática los procedimientos por fuerza mayor para determinados sectores económicos, y creaba dos figuras, los ERTE de impedimento de la actividad y los ERTE de limitación de actividad, a las que pueden acogerse todas las empresas, con exoneraciones bastante elevadas, que en algunos casos llegan hasta el 100%.
Los ERTE de fuerza mayor con prórroga automática se limitan a las empresas más afectadas por la pandemia cuya actividad se clasifique en alguno de los códigos de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE-09) previstos en la norma, con exoneraciones de cuotas de entre el 75% y el 85%. De estas exoneraciones también pueden beneficiarse aquellas empresas que, aunque no formen parte de dichos sectores, se encuentran en su cadena de valor o cuyo negocio depende en su mayoría de ellos.
En el caso de las nuevas modalidades de ERTE vigentes, a las que pueden acogerse empresas de cualquier sector, se distinguen dos tipos: los ERTE por impedimento de actividad como consecuencia de restricciones adoptadas por las autoridades (por ejemplo, las empresas de ocio nocturno), y los ERTE de limitación de actividad, destinados a las empresas que vean alterada su actividad cuando una autoridad local, autonómica o estatal limite, por ejemplo, los aforos y los horarios.
Los ERTE de limitación de actividad van acompañados de exenciones de cuotas de entre el 70% y el 100%, mientras que los ERTE de impedimento de la actividad contemplan exenciones de entre el 90% y el 100%.
Hostelería y comercio
Un tercio de los trabajadores en ERTE a cierre de 2020 pertenecía a la hostelería (sector de servicios de comidas y bebidas), con 241.390 trabajadores afectados, el 30% de los afiliados al Régimen General en este sector.
Le siguen el sector de servicios de alojamiento, con 111.479 trabajadores en ERTE; el comercio minorista, con 56.435 afectados, y el comercio mayorista, con casi 42.000 trabajadores en ERTE.
Guadalajara, por debajo de la media
Los ERTE también se concentran geográficamente. Las dos provincias canarias presentaron a cierre de 2020 el mayor porcentaje de afiliados bajo alguna modalidad de ERTE: Las Palmas con 45.100 trabajadores protegidos y Santa Cruz de Tenerife, con 34.106 afectados. Le sigue Baleares, con 30.986 de sus afiliados en algún tipo de ERTE.
En el extremo opuesto se sitúan Castellón, Badajoz y Guadalajara, donde el porcentaje de afiliados protegidos por alguna modalidad de ERTE finalizó 2020 por debajo del 2%.
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