La Comunidad Valenciana, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia han sido las más castigadas por la crisis, mientras que el País Vasco, Madrid, Navarra y Castilla y León, han sido las menos perjudicadas, ha informado la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas).
El último numero de Papeles de Economía Española, editado por Funcas y dedicado a la economía de las regiones españolas durante la crisis, asegura que existen diferencias «considerables» entre las comunidades, lo que supone que habrá que «priorizar» distintas políticas dependiendo de la situación de cada autonomía.
El director general de Funcas, Carlos Ocaña, ha señalado en la presentación del informe que la salida de la crisis será diversificada y no habrá un único sector que opere como «sector milagro para la recuperación» porque «habrá variedad de sectores que tiren de la economía».
Además de las comunidades más beneficiadas y más castigadas por la crisis, durante el segundo trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2013, las comunidades de Aragón, Cataluña, La Rioja, Galicia, Extremadura, Cantabria, Asturias, Baleares y Canarias, han sufrido un impacto intermedio.
Según Eduardo Bandrés, coordinador del último número de Papeles de Economía Aplicada, las comunidades que han transitado mejor por el periodo de recesión, del que «ya se ha salido», tienen «más sincronía con el conjunto» y ha asegurado que el «factor territorial importa y explica las diferencias».
Castilla-La Mancha, entre 2008 y 2013, sufrió un descenso del 7 por 100 del PIB, una destrucción de empleo del 21 por 100 y un aumento de la tasa de paro del 10 al 30 por 100 de la población activa.
Funcas sostiene que existen diferencias «considerables» entre las comunidades, lo que supone que habrá que «priorizar» distintas políticas dependiendo de la situación de cada autonomía.
De acuerdo con este informe, durante el segundo trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2013, Castilla-La Mancha presenta características, como la menor renta per cápita, la limitada dotación de capital humano y la escasa tasa de apertura, que la hacen «especialmente vulnerable» en las situaciones recesivas.
Así, aunque no era una de las comunidades más especializadas en el sector inmobiliario, el impacto de la crisis sobre la producción y el empleo fue mucho mayor que el que correspondería y se extendió además al sector industrial, con una caída del 27 por 100 en cinco años.
El informe plantea que, tras un amplio esfuerzo inversor en la primera década del siglo, Castilla-La Mancha tiene tanto capital productivo como el resto del país, pero sin embargo su productividad está entre las más bajas de España.
Por ello, plantea que la prioridad debe ser una utilización más intensiva del stock de capital existente a partir del desarrollo de nuevas actividades productivas.
LA TASA DE PARO
En términos de empleo, Funcas plantea que, antes de la crisis, la región tenía una tasa de paro similar a la media nacional, pero ha padecido la recesión «con gran crudeza» y está entre las regiones con mayor destrucción de empleo y con más crecimiento del número de parados, por encima de la media nacional.
Sin embargo, ha contado con una tasa migratoria interior positiva impulsada singularmente por la población española, debido a las ventajas de accesibilidad a la vivienda debido a las diferencias de precios de las provincias de Toledo y Guadalajara con la vecina Comunidad de Madrid.
La población activa castellanomanchega, y especialmente la que está en paro, tiene uno de los niveles educativos más bajos del país, lo que ha ejercido un efecto negativo sobre el acceso al empleo y las remuneraciones salariales, que también están entre las más bajas del mapa regional, según Funcas.
Precisamente, al ostentar una tasa de paro tan elevada, la educación tiene un impacto bastante superior a la media nacional en su capacidad para reducir la probabilidad de desempleo de la población, aunque sus efectos sobre los salarios son algo menores.
ESTÍMULO A LOS EMPRENDEDORES
Asimismo, las políticas de estímulo a los emprendedores encuentran en Castilla-La Mancha, también por su elevada tasa de paro, una de las regiones con mayor impacto sobre la reducción del desempleo, «siempre y cuando se orienten hacia los nuevos empleadores con preferencia sobre otras alternativas como la conversión de asalariados en autónomos».
El informe, no obstante, plantea que Castilla-La Mancha ocupaba, antes de la crisis, una de las últimas posiciones en cuanto a nivel de desarrollo humano, en un índice que combina indicadores de salud, educación y bienestar material.
Sin embargo, su comportamiento desde 2007 -el año anterior a la crisis- hasta 2011, aunque negativo por el lado de la renta y el gasto medio de las familias, ha sido mejor que la media española, «principalmente por la mejora del indicador educativo y la importante reducción de la desigualdad».
De hecho, la brecha relativa de pobreza ha disminuido en ese periodo de tiempo, si bien el aumento del paro de larga duración y sus efectos sobre la exclusión social han deteriorado el indicador más general de pobreza económica, aunque continúa por debajo de la media nacional.