El presidente del CSIF en Castilla-La Mancha, Julio Retamosa, critica la actitud de los políticos ante la crisis económica, pues afea que «no dieron un ejemplo motivador» y, en cambio, «se cebaron con el empleado público, lo demonizaron más de lo que estaba» y los «hicieron culpables» de la recesión.
En una entrevista concedida a la Agencia Efe, Retamosa reflexiona sobre la crisis económica, sobre la forma que ésta ha afectado a los empleados públicos y si el voto de este colectivo influyó en que el PP no revalidara la mayoría absoluta en Castilla-La Mancha.
«Este sindicato estaba harto de tantos años de gobierno del PSOE con pocos avances y quedó harto de los 4 años que gobernó el PP», confiesa Retamosa, que sin embargo insiste en la idea de que el CSIF «no está ni para apoyar ni para quitar gobiernos».
Y apunta que en Castilla-La Mancha «no solo votan los empleados públicos» y que el CSIF «es un sindicato independiente, negociador y transparente, que no trabaja ni para quitar ni para poner gobiernos».
Sin embargo, lamenta: «Se cebaron con el empleado público, nos demonizaron más de lo que estábamos. Nos han puesto como unos privilegiados y yo entiendo que cuando hay tanto paro y pobreza, te pueden ver diciendo que trabajas poco y ‘qué bien están’, pero eso hay que desmitificarlo».
Por contra, expone que el sueldo medio de un empleado público ronda los 1.200 euros al mes y que, además, «todo el mundo que quiera ser funcionario tiene su oportunidad en las ofertas de empleo público, por capacidad, mérito e igualdad», al tiempo que defiende que «no sobran funcionarios, porque no sobran maestros ni enfermeros ni médicos».
Así, insiste en que salvo «excepciones como siempre las hay en cualquier trabajo», los empleados públicos han «cumplido siempre con sus obligaciones» y a pesar de ello les hicieron «culpables de la crisis» y la pagaron, con medidas como una bajada del sueldo del 5 por ciento cuando venían de diez años con el sueldo congelado o la subida de la jornada laboral semanal de 35 a 37,5 horas, que era el «reconocimiento por llevar diez años con el sueldo congelado».
También recuerda que no se abonó la paga extraordinaria de navidad de 2012 y la pérdida de salario por incapacidad temporal.
Todas estas medidas, recuerda Retamosa, no fueron pedidas por los empleados públicos, sino que «las impusieron con un Real Decreto», con lo cual espeta: «Me revienta que los políticos de uno y otro signo den las gracias públicamente a los empleados públicos. Pero se las pueden ahorrar porque nosotros no hicimos nada».
En cambio, afirma que si los gobiernos hubieran pedido a los empleados públicos que fueran solidarios porque había colectivos con necesidades, lo «hubieran comprendido perfectamente» y «de corazón hubieran ofrecido que se les hubiera quitado una parte del sueldo para ayudar a quienes lo estaban pasando mal».
Pero reprocha que se prefirió tomar medidas «muy fáciles» relacionadas con los empleados públicos mientras que los políticos no dieron «ese ejemplo motivador».
Así, critica que en España «haya 400.000 personas viviendo de la política y en Suiza, 50», que «haya más de 10.000 aforados y en países como Alemania o Francia, ninguno» y que en España haya «más coches oficiales que en todos los Estados Unidos, siendo un país tan pequeño con una renta per cápita tan pequeña».
«No he visto a los políticos abrocharse el cinturón», critica Retamosa, quien opina que se podía haber «aprovechado» la crisis para reducir ayuntamientos, implantar las listas abiertas en las elecciones, reducir el número de asesores, plantear la desaparición del Senado o «quitar las empresas públicas», de las que quedan 43 en Castilla-La Mancha, que tienen un presupuesto de 289 millones al año, dice el máximo dirigente del CSIF en la región.
«No vimos ese ejemplo motivador, nos hicieron los culpables de la crisis y nosotros no éramos los culpables. Eran otros y pagamos nosotros y realmente los que fueron los culpables no los he visto pagar, con lo cual sigo con el mismo enfado», apostilla Retamosa.