Empieza la cuenta atrás para una vendimia que en La Mancha vendrá adelantada y con mucha menos carga que el año pasado; y para la destilación obligatoria de vino (sin ayudas públicas) que se utilizará con fines industriales o energéticos, para que no perturbe el mercado de alcohol de consumo.
Respecto a la próxima vendimia, la cooperativa El Progreso de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), que aglutina a 2.200 agricultores, estima que esta campaña será más corta, pues se espera una merma en la producción de entre el 30 y el 40 % respecto a la anterior.
Mientras que en los dos años anteriores se retrasó la vendimia, en la actual ocurrirá todo lo contrario, y se adelantará unos 15 días sobre las fechas habituales, debido a la sequía y falta de lluvias primaverales, afirman desde esta cooperativa, una de las principales productoras y exportadores de Europea.
No ocultan que podría ser una «vendimia caliente» por los bajos precios, actualmente «ruinosos» y por la pesadez del mercado.
Por otra parte, el Magrama ha acordado esta semana la retirada definitiva del mercado de un máximo de 4 millones de hectolitros para luchar contra los excedentes, muy concentrados en Castilla-La Mancha aunque con repercusiones globales, al tiempo que plantea un ambicioso plan de actuaciones para regular la oferta, estabilizar mercados y mejorar la organización de este sector.
Una «hoja de ruta» que recogerá el fomento de organizaciones de productores (OPVs), la puesta en marcha de una Interprofesional del vino, normas de «autorregulación» y una ofensiva en Europea para luchar contra la práctica de algunos de países de utilizar sacarosa para aumentar artificialmente el grado alcohólico del vino.
Pese a que todo el sector pedía al Ministerio una destilación extraordinaria o de crisis -con subvenciones públicas-, finalmente la mayoría de organizaciones del sector han aceptado el plan gubernamental, apremiado ante la necesidad de aliviar cuanto antes los altos stocks y problemas de almacenamiento en puertas de una nueva vendimia que traerá más materia prima a las cooperativas.
Una medida «dolorosa» pero necesaria, para la mayoría.
«Aquí tenemos que responsabilizarnos todos», mantenía ayer el secretario general de Agricultura y Alimentación, Carlos Cabanas, y recordó que el sector ha recibido en los últimos cinco años «más de 350.000 millones de las antiguas pesetas» a través del plan de apoyo, por lo que «yo creo que es lo suficientemente maduro para saber lo que tenemos que hacer».
Sólo Castilla-La Mancha absorbió 2.000 millones de euros en los últimos años por diversos conceptos como promoción o arranques de viñedo, por lo que surgen dudas si el sector ha jugado sus cartas con cabeza o más bien ha fallado en sus estrategias, especialmente en la reestructuración de viñedos ejecutados desde 2008.
Quizás, de esa falta de planificación vienen los problemas actuales de sobreproducción, que tendrán que pagar quienes lo han provocado, urgidos además a reflexionar y enmendar la plana.
En cuanto a la evolución de los precios, la situación mejora, al menos en alguna categoría. El Ministerio de Agricultura recoge del 30 de junio al 6 de julio una subida del 7,14 % para el vino blanco sin indicación geográfica, hasta 2,55 euros/hectogrado, mientras que se mantiene el tinto de mesa en 2,87 euros/hectogrado.
Por plazas de referencia, el vino blanco se paga a 2,90 euros/hgdo a granel y salida de bodega en Albacete, a 2,91 en Ciudad Real, a 2,69 en Cuenca y a 2,44 en Toledo.
Y el tinto, a 3,37 en Albacete, 2,15 en Ciudad Real, 2,61 en Murcia, 2,74 en Toledo y 1,94 en Valencia.