Los sindicatos UGT y CCOO se han mostrado decepcionados ante la situación de la central de carbón Elcogás, situada en Puertollano (Ciudad Real) y que previsiblemente se cerrará el 1 de enero de 2015, tras la reunión con el Ministerio de Industria para buscar posibles soluciones que eviten su cierre.
Según UGT, el director general de Política Energética, Jaime Suárez, les ha trasladado la voluntad del Gobierno de encontrar una solución al problema y ha señalado que ha tenido varias reuniones con Endesa, propietaria de la central, desde el mes pasado.
No obstante, señala que la ausencia de certezas y garantías por parte del Ejecutivo sobre el futuro de la planta ha supuesto «un jarro de agua fría», indica en un comunicado.
De igual forma, fuentes de CCOO consultadas por Efe han resumido el contenido de la reunión de hoy con una sola palabra: «decepción».
«Lo que era un anuncio de cierre, parece un hecho fehaciente», ha señalado el responsable de minería de Asturias, José Luis Villares, que ha participado en la reunión.
Villares ha denunciado que, pese a esta buena voluntad declarada, Endesa ya ha iniciado y mantiene vivos los trámites administrativos ante Industria para clausurar la central, algo en lo que también incide UGT.
«Entendemos positivo que ambas partes se estén reuniendo para evitar el cierre de la empresa, pero no es de recibo que a día de hoy nos encontremos sin ningún tipo de información que nos dé una visión real de cómo se está afrontando el problema y la solución», critica UGT.
Villares ha pedido que Elcogas continúe ligado al marco general normativo establecido para el carbón en España y esperar a que el próximo año haya espacio para que las centrales térmicas funcionen más horas y de forma más regular y que la planta de Endesa sea rentable.
Asimismo, ha indicado que es «una barbaridad» cerrar una central eficiente y moderna como la de Elcogas en un contexto de normativas europeas que imponen reducciones de emisiones.
UGT reclama a todas las fuerzas políticas que han manifestado el apoyo a Elcogas, al Gobierno y a Endesa «que agilicen las negociaciones para encontrar puntos en común y avanzar en la supervivencia» de la planta