Habla poco públicamente, pero cuando lo hace pone los pelos de punta. Diego Valle, consejero de Economía y Hacienda de Castilla-La Mancha ha vuelto a desnudar en el parlemento regional la realidad de las cuentas públicas de esta comunidad autónoma. El dato más escalofriante es que el déficit llegará al 9 por 100 a final de año en Castilla-La Mancha.
El déficit, junto con el endeudamiento de las cuentas públicas son una olla a presión que mantiene axfisiados a los proveedores de la Junta y la cosa irá a peor hasta que entren en vigor los presupuestos regionales de 2012 y, además, se apruebe el plan de ajuste presentado por el Gobierno de María Dolores de Cospedal y que Elena Salgado tiene en el congelador.
CAMINO DEL 12 POR 100 DE DÉFICIT
Castilla-La Mancha cerró el primer semestre del año con un déficit no financiero del 4,1 por 100 en datos del Ministerio de Economía y Hacienda y un 6,1 por 100 real, de acuerdo con el informe entregado a las Cortes por el Síndico de Cuentas de Castilla-La Mancha. Según el consejero de Economía, Diego Valle, De haber continuado la cosas como estaban, bajo el último Gobierno de José María Barreda, a final de año hubiéramos llegado al 12 por 100 de déficit.
De estas previsiones y otros datos ofrecidos por la Consejería y el Ministerio a Moody´s viene la rebaja que la agencia de calificación hizo a la deuda castellano-manchega, cuya solvencia rebajó cinco escalones de un plumazo la semana pasada.
ASÍ ESCALÓ EL DÉFICIT
¿Cómo se ha llegado hasta esta situación? En opinión de Valle, como consecuencia de un crecimiento constante y exponencial del déficit público desde 2007 hasta hoy. Así, en ese ejercicio, las cuentas públicas de Castilla-La Mancha se cerraron con un déficit del 0,1; En 2009 la cifra creció hasta el 2,79, mientras que en 2010 subió hasta el 4,75 y se situó en el 6,32 en los seis primeros meses de 2012.
Valle compareció ante el parlamento castellano-manchego para explicar las razones por las que aún no se han elaborado los presupuestos regionales para 2012, que deben entregarse en la Cámara antes del 1 de octubre. Las razones del consejero fueron claras: sin presupuestos del Estado y sin previsiones fiables en cuanto a ingresos procedentes del Estado para el próximo año, hacer unos presupuestos regionales sería peor y cualquier desviación o error de cálculo traería más graves consecuencias a la ya delicada situación de las cuentas públicas castellano-manchegas. Es más importante que nunca que los presupuestos autonómicos del año que viene se cumplan, «no como los anteriores», dijo Diego Valle.