Ébora, la cerveza con sello talaverano, cien por cien natural y elaborada de forma artesanal, se está abriendo camino en el mercado nacional e internacional, asegura el gerente de la fábrica Cerveza Ébora, Fernando González, poco más de un año después de inaugurar las instalaciones en el polígono Valdefuentes de Pepino (Toledo).
Sus mayores puntos de venta se encuentran, de momento, en Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y Extremadura, aunque también se ha empezado ya a dar a conocer en Asturias y País Vasco y a exportar en pequeñas cantidades a otros países, relata en una entrevista a EFE este empresario talaverano.
«Es pronto para hacer balance puesto que seguimos abriéndonos camino en España y fuera de nuestro país, pero cada mes se va incrementando el mercado porque no todos conocen la cerveza artesana, es un mundo que aún está por descubrir», afirma González.
Para captar posibles clientes, desde Cerveza Ébora se está llevando a cabo una intensa labor de promoción a través de catas, presentaciones, asistencia a ferias o visitas directas a los hosteleros e, incluso, se ha solicitado ayuda al IPEX (Instituto de Promoción Exterior de Castilla-La Mancha), ante el interés que han mostrado en países como Italia por este producto.
El gerente de esta fábrica, situada en el polígono Valdefuentes de Pepino (Toledo), a unos cinco kilómetros de Talavera de la Reina, destaca que el secreto de su éxito está en que es una cerveza «cien por cien natural, elaborada a base de cereal, levadura, lúpulo y agua; y muy beneficiosa porque contiene nutrientes, vitaminas y proteínas».
SE PRODUCE CON RECETAS ORIGINALES DE OTROS PAÍSES Y ES COMPLETAMENTE ARTESANAL
La cerveza Ébora se produce con recetas originales de países como Alemania, Holanda o Bélgica y de forma completamente artesanal, sin pasteurizar o filtrar.
Cada tirada tarda en hacerse aproximadamente un mes y medio desde que se muele el grano hasta que se embotella y etiqueta, en un minucioso proceso de elaboración individual para cada tipo de cerveza.
En concreto, Ébora se puede encontrar en siete estilos: las más clásicas y suaves, rubia y tostada; la roja, la negra, IPA (una variedad algo más amarga y con más alcohol), la triple malta y la rubia del mediterráneo, «la última en incorporarse a la familia y número uno en ventas en nuestra fábrica, con aroma a cítricos y muy fácil de beber», indica González.
El empresario recuerda que la puesta en marcha de las instalaciones hace poco más de un año supuso una inversión de 600.00 euros, financiados en parte a través del Ministerio de Agricultura, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y fondos europeos.
Una arriesgada apuesta en tiempos de crisis para esta empresa familiar que mira al futuro con «optimismo» porque, como explica su gerente, «nuestro ámbito de venta es nacional y si alguno de los mercados falla o no alcanzamos los objetivos, podemos cambiar de provincia o de canal y pasar, por ejemplo, de la hostelería a la alimentación».
La fábrica tiene «uno de los volúmenes de producción más altos de España», pues se sitúa entre los 12.000 y 13.000 litros mensuales, y en su próxima tirada espera duplicar esta cantidad porque, según González, después del verano desciende el consumo de la cerveza industrial (más barata) y aumenta el de la cerveza artesana.
Cerceza Ébora cuenta en la actualidad con seis trabajadores dedicados a la producción y venta directa al consumidor de lunes a sábado y ofrece visitas guiadas todos los sábados a las 13:00 horas, en las que se puede observar ‘in situ’ el proceso de elaboración de este producto y degustar sus diferentes variedades en la zona de cervecería.