La superficie de viñedo de Castilla-La Mancha ascendía a 443.818 hectáreas a comienzos de año, lo que supone el 47 por 100 del viñedo español, y de ese total el 46,6 por 100 del suelo es de regadío. Así se desprende de los datos facilitados por la Consejería de Agricultura y recogidos por Cooperativas Agroalimentarias.
Al inicio de la campaña 2015-2016 había 151.170 hectáreas en conducción elevada o espaldera, aclara la organización cooperativa en un análisis sobre la evolución del viñedo en los últimos 15 años, en el que subraya que «el agua representa el mayor factor limitante de la viticultura regional».
Cooperativas presta especial atención al reparto de variedades ya que en la actualidad -y tras un gasto de más de 1.000 millones de euros en 15 años a través de planes de reestructuración y reconversión de viñedo- las variedades blancas tradicionales (Airén, Macabeo, Verdoncho, Pardillo) suponen aún el 52,5 por 100 del total.
Por su parte, las variedades tintas tradicionales (Tempranillo, Bobal, Garnacha tinta y tintorera, Monastrell, Tinto de la pámpana blanca), suman el 37 por 100 del total regional.
De estos datos se desprende que el 90 por 100 de la superficie vitícola de Castilla-La Mancha sigue ocupada por variedades tradicionales o autóctonas, señala el portavoz de vinos de Cooperativas, Juan Fuente.
Así, las variedades internacionales y «mejorantes», como Syrah, Cabernet Sauvignon, Verdejo, Sauvignon Blanc, Merlot, Chardonnay, Petit Verdot y Moscatel grano menudo apenas suponen el 8,34 por 100 de la superficie actual en Castilla-La Mancha.
Fuente considera que «puede que el viñedo de la región aún tenga cierto margen de mejora a la hora de cumplir con los objetivos iniciales de adaptación a un mercado internacional y global, en cantidad y en calidad suficiente».
Cooperativas considera que se debe acometer «con la mayor premura posible» un pago diferenciado de la calidad, teniendo en cuenta, al menos, la cantidad recogida por hectárea, la variedad de la vid, un rango de grado alcohólico óptimo y ciertos parámetros analíticos que midan la sanidad y madurez del fruto ya que «de lo contrario el esfuerzo que se ha hecho en la vitivinicultura regional podría haber sido en vano».
En este contexto, Fuente ha destacado las jornadas monográficas que se celebrarán el próximo 12 de julio en Tomelloso sobre la retribución de la uva para intentar establecer criterios que orienten a la obtención de uvas en las mejores condiciones posibles, de forma que sean compensadas en el mercado al producir vinos de mayor calidad.
Por otro lado, en los 15 últimos años de aplicación del programa de apoyo de reestructuración o reconversión en España se han modernizado 355.316 hectáreas de viñedo, 174.574 de ellas en Castilla-La Mancha.
La medida debería haber cambiado la competitividad teórica del viñedo regional en estos años, señala Cooperativas.