La empresa propietaria del aeropuerto de Ciudad Real, CRIA, ha presentado este jueves en sus instalaciones su hoja de ruta para poner en marcha la infraestructura, toda vez que este otoño ha culminado el proceso de compra, y ha fijado entre marzo y mayo la posibilidad de terminar la puesta a punto y estar preparada para empezar a funcionar.
En una rueda de prensa protagonizada por el director de Infraestructuras, Agustín del Pozo; el director de Desarrollo de Negocio, Francisco José Luna; y el director de Relaciones Institucionales, José Fernando Sánchez Bódalo, los representantes de la empresa propietaria han mostrado su optimismo. «Las cosas van bien, esperamos dar buenas noticias en poco tiempo», han asegurado.
Cuando estén todos los trámites de licencias y autorizaciones para dar seguridad jurídica a todas las operaciones previstas de las empresas interesadas en hacer uso de la instalación, la idea es que en verano puedan verse de nuevo aviones aterrizar en suelo ciudadrealeño.
El responsable del Desarrollo de Negocio, Francisco José Luna, se ha fijado objetivos «ambiciosos y realistas» desde el «optimismo». La línea de alta velocidad, el ferrocarril convencional que viene desde Lisboa -puerto más cercano al Canal de Panamá- hace que el aeropuerto ciudadrealeño tenga una posición privilegiada para los promotores.
Aunque es una infraestructura de uso público, «es el único aeropuerto de gestión privada y uno de los únicos que hay en Europa», lo que permite «marcar un desarrollo de negocio muy singular».
Cuatro líneas de negocio
Son cuatro líneas de negocio las desgranadas por Luna, aunque de momento descarta el transporte de viajeros, sin cerrar la puerta a esta posibilidad a futuro. La primera estrategia, de carácter industrial, pasa por el mantenimiento de aeronaves, sin dejar de lado la fabricación de las mismas.
En este punto, ha avanzado que están próximos a cerrar proyectos y convenios con empresas «de nivel mundial», y sin revelar datos, ha asegurado que habrá «un alto contenido tecnológico con presencia de profesionales internacionales y empresas de todo el mundo».
Una segunda vía está marcada por la logística. «Queremos asentarnos como puerto seco y depósito aduanero, algo importante en un enclave con líneas ferroviarias», ha indicado, poniendo como ejemplo el transporte de mercancías perecederas como línea de negocio.
Un tercer eje está relacionado con la formación, tanto de mecánicos de aviones como escuela de pilotos y personal de tierra, todo ello «aprovechando las sinergias» de las empresas que operarán.
La intención es proponer este centro de formación con vocación internacional, ya que hay países «que no tienen este tipo de formación de prácticas de simulación o pilotaje».
Por último, el resto de actividades como aviación privada -orientada a recibir turistas del sector cinegético- o ser escenario para rodajes completan la oferta «multimodal» que propone la nueva propietaria del aeropuerto.
En total, ya hay dos empresas confirmadas en la parte industrial, una más en el apartado logístico y otra más en el terreno de la formación.
650 empleos
Luna ha apuntado que en los dos primeros años de funcionamiento, la inversión inicial se eleva a 18 millones de euros para rematar unas instalaciones que llevan 10 años paralizadas, con una previsión de generar cerca de 650 empleos entre directos e indirectos -30 propios, 130 de empresas implantadas y el resto relacionados con la construcción y transporte-.
El director de Infraestructuras del aeropuerto, Agustín del Pozo, ha recordado que CRIA llega en 2016 como adjudicatario provisional de la infraestructura, y desde entonces la empresa «lo ha pasado bastante mal» por lo «limitado del margen de maniobra».
Haciendo un repaso al proceso de compraventa, ha reparado en el primer intento fallido tras la renuncia a última hora de un fondo de inversión, si bien en septiembre se suscribió finalmente la nueva propiedad.
Del Pozo ha querido agradecer los apoyos recibidos desde el primer minuto, sobre todo al presidente de la entidad que ahora es dueña del aeropuerto, Rafael Gómez Arribas.
Aunque las administraciones públicas «han estado de perfil» en todo el proceso, sobre todo hasta que no se sustanció la compra, sí ha tenido palabras de agradecimiento para los alcaldes de pueblos aledaños al aeropuerto, que «siempre» han mostrado su apoyo.
[ze_summary text=»Las cuentas de la empresa están "saneadas"»]Las cuentas de la empresa están "saneadas"[/ze_summary]Ha aseverado que las cuentas de la empresa están «saneadas» y todo está listo para «salir disparados», si bien ahora el escenario paso por esperar a los procesos de verificación, ya que se perdió tanto la licencia de vuelo como el espacio aéreo.
«Ahora estamos verificando el aeropuerto con AESA, que ya inspeccionó hace un año. Hemos entregado la documentación técnica y estamos pendiente de que nos contesten por si hay alguna deuda que subsanar», ha indicado, si bien a mediados de febrero, entre los días 11 y 15, se realizará la segunda visita, clave antes de abrir la infraestructura.
Tras esta visita, entre marzo y mayo se prevé poder abrir las puertas del aeropuerto de Ciudad Real, 10 años después de su inauguración.
De su lado, el director de Relaciones Institucionales, José Fernando Sánchez Bódalo, ha afirmado que en febrero la instalación estará lista para funcionar, y la primera piedra de toque es establecer las fronteras. Aunque no habrá pasajeros, habrá que controlar el paso de tripulación o el control sanitario de mercancías.
Habrá que crear una Comisión de Seguimiento y un Observatorio de la mano de las administraciones públicas, para lo cual tendrán que intervenir instituciones a nivel regional y nacional, desde la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural y hasta estamentos ministeriales.
Por ello, ha urgido a estas administraciones a colaborar en todos los trámites que aún restan para tener todo listo.