El 1 de enero de 1849 nace el Alfar El Carmen de mano de Juan Niveiro Paje en el antiguo convento de los Padres Carmelitas Descalzos de Talavera (Toledo).
Cuando a Niveiro le llegó la crisis «lo que hizo fue dejárselo a los empleados, que estuvieron en cooperativas unos 60 años y, cuando la cooperativa ya no era rentable, se hizo sociedad», explica a Encastillalamancha Juan Antonio Froilán actual gerente y socio de Alfar El Carmen.
Hace 15 años pasaba a ser sociedad, aunque con todos estos cambios la empresa se ha mantenido íntegra, es decir, que «la empresa no ha parado», de hecho en su sótano se pueden ver todos los moldes antiguos, los originales, las acuarelas… de hace más de 100 años.
Froilán explicaba que para la cerámica la crisis no es nueva, aunque «nosotros al tener un socio americano y tener la oportunidad de exportar pues le hemos dado un auge».
Entre los trabajos que ha realizado este taller de Talavera (Toledo) se encuentra la pila bautismal de la Catedral de Getafe y «ahora mismo se están haciendo las bolas de la plaza de toros de Las Ventas, que tienen 1,60 metros de altura y 60 centímetros de diámetro».
Incluso si viajan a Miami, cuando se fijen en los números colocados en las calles, piensen en Talavera, porque los ha fabricado y exportado el Alfar El Carmen.
Y, si visitan el Museo Thyssen, sepan que los zócalos han sido restaurado por estos artesanos talaveranos.
«AUNQUE NOS TENGAMOS QUE IR, SEGUIRÁ EL ALFAR EL CARMEN»
«La crisis está complicada para todo el mundo, es fuerte, dentro de eso estamos trabajando», indicaba Froilán, quien aseguraba que pase lo que pase, y «aunque nos tengamos que ir de aquí», «siempre seguirá el Alfar El Carmen».
Y eso que durante estos años la empresa ha vivido muchos cambios que también han afectado a la plantilla, al pasar de más de 20 trabajadores a unas cinco personas en la actualidad.
A pesar de ello creen en la cerámica y apuestan por mantener vivo el legado de Niveiro.
ESTÁN CENTRADOS EN LA RESTAURACIÓN
En la actualidad ha caído la venta directa de artículos de cerámica, han subido los costes de producción y donde más demanda hay es en la restauración. «Realmente el gremio es muy amplio y decir que está en crisis pues casi debería sonar a ridículo», comentaba Froilán, quien apuntaba que, a pesar de ello, «no damos con el hueco».
Probablemente el problema también haya que buscarlo en que se ha perdido la cultura de la cerámica.
Para ponerla en valor están trabajando en la posibilidad de montar una exposición y dar a conocer así los originales de muchas piezas que en la actualidad están en los museos.
Además se está recopilando toda la información referente al Alfar, se está documentando todo para escribir su historia que está llena sin duda de grandes momentos. De hecho, hasta Talavera se desplazó Pablo Picasso quién «pintó aquí, en la fábrica», comentaba Froilán.
PREPARACIÓN Y FORMACIÓN
Froilán reconoce que la situación actual es complicada para todos, pero asegura que la persona que esté formada y que dedique tiempo al mundo de la cerámica «probablemente encuentre su sitio».