Todo comenzó hace más de 30 años cuando realizó un pequeño cuadro de mazapán aprovechando los conocimientos técnicos que adquirió en la Escuela de Arte de Toledo donde estudió cuando era joven y su experiencia profesional con la pasta de almendras y azúcar en el obrador toledano Santo Tomé. De ahí nacieron verdaderas obras de arte, ¿quién se anima a hacer esta ruta artística tan particular?
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Observar su trabajo es disfrutar de verdaderas piezas de arte, aunque Antonio Aranda Alonso, maestro del obrador Santo Tomé en Toledo, asegura a Encastillalamancha que él lo único que hace es trabajar sobre maqueta y darle forma a las obras artísticas o monumentos que guardan una estrecha relación con la capital castellanomanchega.
Lleva toda la vida trabajando con mazapán, haciendo figuritas, anguilas, peces, delicias… que adquieren especial protagonismo en Navidad. Sin embargo, si alguna vez han paseado por Toledo y se han detenido delante de alguno de los escaparates de las tiendas de esta empresa toledana, seguramente han visto verdaderas piezas de arte que llaman la atención. La duda sobre el material que se utiliza en dichas figuras es inevitable, ya que muchos nos hemos preguntado (incluida esta redactora) si es posible que estén realizadas con mazapán.
Igual que otros trabajan azúcar, fondant, pastillaje… Antonio modela con la pasta que nace de unir azúcar y almendra. Eso sí, reconoce que las primeras construcciones en nada se parecían a las actuales. Aquéllas tenían fallos, tendían a rajarse… pero continúo trabajando en ello y aprendió «truquillos» que le han permitido que estas piezas aguanten el paso de los años.
De aquel primer cuadro pequeño dedicado a la calle Santo Tomé a realizar un par de cuadros del pintor El Greco con motivo de la conmemoración del IV centenario de su muerte. La ruta del arte creada con mazapán también nos deja disfrutar del interior del museo Sefardí o del monasterio de San Juan de los Reyes, paseamos por delante de la fachada del museo de Santa Cruz o por la puerta de Santa Catalina de la Catedral toledana.
En una ocasión llegó a realizar la Virgen del Sagrario, patrona de Toledo, era cuando aún no tenía una técnica muy definida y, dado el gran volumen que tenía la figura, las grietas empezaron a salir a la semana. Ahora ya tiene una técnica para aumentar ese volumen y conseguir que perdure, el secreto está en el papel de aluminio con el que hace la forma y luego lo recubre de mazapán.
Un trabajo que le encanta y que le lleva horas e, incluso, meses ya que en algunas de ellas puede dedicar «entre dos y tres meses», apunta Jerónimo de Mesa, que es ya la séptima generación del obrador toledano, quien explica a Encastillamancha que Antonio lleva toda la vida, más de 48 años, en esta pequeña empresa donde comenzó como aprendiz.
Si pasan durante estos días por Santo Tomé verán la Puerta del Sol y, recuerden, está realizada con mazapán.
Antonio, en el centro, junto a Inés Gárate (la sexta generación) y Jerónimo de Mesa (la séptima generación) en Santo Tomé.