Su sobriedad habitual se vio algo alterada por las circunstancias. Era comprensible. Estaba a punto de tomar la palabra en el “último cocido” con periodistas como secretario general de Comisiones Obreras en Castilla-La Mancha y rodeado de toda su Comisión Ejecutiva, algunos y algunas visiblemente emocionados. Ante representantes de varias decenas de medios y periodistas de la región José Luis Gil tomó la palabra para anticipar el que será su adiós al puesto de mando de Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario en la región y cuya dirección ha ostentado durante 12 años, gran parte de ellos bajo el demoledor efecto de la crisis.
«UNA PEQUEÑA DESPEDIDA NO MELANCÓLICA»
No quiso abusar de los gestos propios de estos actos, probablemente para no caer en la sensiblería ni los lugares comunes. Solo quiso hacer “una pequeña despedida no melancólica”, en sus propias palabras, cargada de “mi agradecimiento inmenso hacia el sindicato”, de reconocimiento a su equipo, de gratitud a los medios por el trato recibido y de reivindicación ideológica de una izquierda que él considera imprescindible e insustituible para tomar medidas de apoyo a los más perjudicados por la crisis.
En la intervención más breve que le recuerdo en uno de estos encuentros tradicionales y anuales de CC.OO. con la prensa, Gil compartió “unas reflexiones breves” entre las que no faltaron la defensa del Plan Regional de Empleo puesto en marcha por el Gobierno de Emiliano García-Page, “la mejor medida que se ha tomado en CLM desde que gobierna Page” y “un acto de justicia, no de beneficencia” para paliar los efectos en las personas y familias “rehenes de las políticas de Cospedal y paganos de los recortes injustos e innecesarios”.
DE LA ROSA: «SE ME ANTOJA COMPLICADO PODER ALCANZAR SU NIVEL»
No se extendió mucho más Gil en la primera despedida del año, porque vendrán más hasta que el el Congreso de los días 6 y 7 de abril entregue el testigo al albaceteño Paco de la Rosa. A él le dejó el mayor protagonismo de su “último cocido con la prensa”. Consciente de que no sucede a cualquiera, sus palabras escondían cierto vértigo ante el reto: “Se me antoja complicado ni siquiera poder alcanzar el nivel y el tono que él ha podido alcanzar en estos años. Formará parte de la historia de esta ciudad, de esta comunidad autónoma y un lugar muy destacado dentro de las Comisiones Obreras de Castilla-La Mancha”. No en vano, en su presentación pública como candidato a sucederle, dejó claro un mensaje: “Mi reconocimiento y despedida a una persona emblemática, entrañable y querida”.