Los agricultores constatan que los vinos tintos de calidad en graneles se han estado vendiendo bien en el mercado y con razonable rentabilidad, pero los blancos continúan debilitados, con pocas operaciones y cotizaciones bajas.
Vinos tintos de buena calidad y varietales como Merlot, Cabernet Sauvignon, Syrah o «Tempranillo» van bien en Castilla-La Mancha, con «operatividad» positiva y «precios razonables» que rondan estos días los 600 o 650 pesetas por hectogrado (3,91 euros), según apunta Pedro Alcolea, desde Asaja-Socuéllamos.
Países del norte de Europa, especialmente Francia e Italia, han estado demandando estos vinos españoles, que tienen buena puntuación de color y suplen sus debilidades, después de una campaña «regular» en esas latitudes: los compradores necesitaron más materia prima de calidad (la española) para encabezar sus deficientes producciones.
Mientras tanto, el mercado de los blancos a granel está más parado, porque los industriales acumularon mucha materia prima barata de la campaña anterior, en la que hubo muchos excedentes.
Estos últimos no tienen precios muy elevados, pero tampoco se hacen muchas operaciones, reconocen los productores manchegos.
En todo caso, confían en que la actual campaña pueda evolucionar con cotizaciones no muy altas, pero razonables en términos de rentabilidad para los viticultores y las cooperativas.
Fuentes cooperativas, por su parte, hablan de cierta «parálisis» estos días porque la economía en Francia, Italia o Alemania no termina de despegar, y eso influye en el consumo de vino, pero matizan que la evolución de la campaña debería ser «totalmente normal» en lo global, pese a las mayores existencias de este año.
«El sector no está a la baja, en cualquier caso, sino más bien estabilizado y algo parado», añaden las mismas fuentes, quienes coinciden en afirmar que el tinto se está comportando mejor que el blanco, sobre el que pesan las mayores disponibilidades de los operadores, no solo españoles, sino italianos o sudamericanos.
Los precios más recientes que recoge el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) reflejan 2,73 euros por hectogrado para el vino tinto -a salida de bodega y granel, con 12 puntos de color- en Albacete; 2,27 en Badajoz; 1,55 en Ciudad real; 1,99 en Cuenca y 2 euros/hectogrado en Toledo.
Una mirada al exterior muestra que en Italia se pagan 3,49 euros/hectogrado por el vino blanco común, casi un 28 % menos que el año pasado por estas fechas; mientras que el tinto ronda los 4,17 euros, casi un -9 % interanual, según los datos del instituto Ismea.
En cuanto a las ventas exteriores españolas, buenos datos de salidas, aunque a precios más baratos de lo deseable.
La exportación vitivinícola española creció un 28 % en volumen entre enero y septiembre, con Castilla-La Mancha, Extremadura y la Comunidad Valenciana como principales protagonistas, según destacan desde el Observatorio español del mercado del vino (OEMV).
Son las únicas comunidades que registran un precio inferior a la media española, especialmente las dos primeras, muy graneleras.
Las ventas fueron de 1.948 millones de litros (+427 millones) y 2.043 millones de euros (-92,5 millones) y, de estas cifras globales, Castilla-La Mancha recuperó 313,5 millones de litros (+44 %), pero perdió 58 millones de euros (-10,2 %).
«Destaca la pérdida en valor de los vinos catalanes y aragoneses, y la buena marcha de Andalucía», señala el Observatorio.
Por su parte, los viticultores están muy pendientes del nuevo sistema de autorizaciones de plantaciones de viñedos, que entrará en vigor el 1 de enero de 2016, con duración hasta el 31 de diciembre de 2030.
Cuando entre en vigor, sólo se podrá plantar viña con autorización que, a diferencia de los derechos, no serán transferibles; el Ministerio plantea un Real Decreto que regulará el nuevo sistema y que se tramitará de forma urgente.
Parte de los viticultores recelan de estos cambios -exigidos por la Unión Europea (UE)- porque, en su opinión, y sobre la práctica, supondrá una pérdida patrimonial de los viticultores, ya que éstos no podrán disponer de sus derechos, como hasta ahora, sino que será la Administración quien dirige las nuevas autorizaciones.
Entre las novedades del sector, la nueva Interprofesional del vino (OIVE) da un paso más, con el reconocimiento como tal ayer por parte del Consejo General de las Organización Interprofesionales Agroalimentarias.