El secretario general de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto), Manuel Madruga, ha tachado de «arcaica» la normativa que regula el registro horario en el trabajo, que entró en vigor el 12 de mayo. A su modo de ver, esta legislación genera inseguridad jurídica, entorpece el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y convierte al empresario en «un sujeto al que hay que perseguir, controlar y sancionar».
Así se ha referido a este asunto en declaraciones a los medios antes de participar en una jornada sobre la correcta implementación del control horario dirigida a 180 empresas de la provincia toledana, en la que también ha intervenido el jefe provincial de la Inspección de Trabajo de Toledo, Gonzalo Martín.
Madruga ha afirmado que la implantación del registro horario en el lugar de trabajo crea problemas de adaptación, burocratización, inseguridad y dudas. En este punto, ha concretado que el volumen de consultas generado entre los empresarios de la provincia de Toledo es «aplastante».
Para el secretario general de Fedeto, la norma es «arcaica, fiscalizadora y convierte al empresario en un sujeto al que hay que perseguir, controlar y sancionar», además de que, a su entender, «enturbia» las relaciones laborales, pues «los trabajadores perciben que se está midiendo el tiempo de trabajo efectivo y la tarea desarrollada».
Dicho esto, ha explicado las diferencias entre el sistema empresarial español con respecto al de otros países europeos: «No es lo mismo ser empresario en España que en Europa donde hay menos impuestos y la legislación es más flexible. Europa regula para un determinado modelo de Estado y de empresa. Por eso es un fracaso la ley de protección de datos y la FP dual ya que se trata de adaptar algo que es difícil de adaptar en España».
Inseguridad jurídica
Tras tildar de «fracasos» los últimos decretos leyes aprobados por el Gobierno central en materia laboral, ha enfatizado en la «inseguridad jurídica» que genera el control horario entre los empresarios, hasta el punto de que, tal y como ha recordado, el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, «consciente de que el criterio sobre este tema no es muy asentado», puso en marcha una guía de orientación sobre esta cuestión.
«No tiene sentido esta norma en el siglo XXI cuando vamos a una nueva forma de trabajo. Estamos yendo marcha atrás al siglo XIX en la legislación laboral. Tenemos la revolución digital encima y volvemos a la revolución industrial», ha lamentado Madruga, quien ha agregado que el empresario necesita flexibilidad, dado que actúa en función de lo que demandan sus clientes.
A este respecto, ha apuntado que el registro horario en el trabajo viene bien a las empresas alemanas, francesas y belgas pero perjudica a las españolas, donde abundan las pymes que «son las que crean riqueza y que si desaparecieran el paro se multiplicaría exponencialmente».
Por su parte, Gonzalo Martín ha explicado que las principales dudas que suscita este asunto tienen que ver con el mecanismo o soporte de registro a utilizar en cada compañía. «Ante esta situación se deja abierta la cuestión a la autonomía de la voluntad de las partes tanto en la negociación colectiva como el acuerdo empresas-representantes de trabajadores. En defecto de estos mecanismos, tendría que ser decisión unilateral del empresario», ha declarado.