La Federación Empresarial Toledana (Fedeto) considera «un despropósito que roza lo confiscatorio» subir los impuestos y las cotizaciones sociales a las empresas ya que «los mensajes generalistas que hacen referencia a la recuperación económica no son acertados».
En un comunicado de prensa, Fedeto insiste -como ha hecho en otras ocasiones- que no todos los sectores se han recuperado de la crisis ni todos los territorios están evolucionando de la misma forma. Alega, además, que la presión fiscal de las empresas en España es seis puntos porcentuales superior a la media de la Unión Europea.
Por ello, sostiene que incrementar la recaudación aumentando los impuestos sobre las empresas «es un error» y «hacerlo con medidas denominadas de urgencia y a golpe de real decreto es incompatible con la mínima seguridad jurídica exigible por cualquier inversor, nacional o extranjero», algo a lo que sumaba la pérdida de competitividad que sufrirían las empresas españolas y el freno al crecimiento económico de España.
Desde la Federación Empresarial Toledana señalan que resulta frecuente que las previsiones de ingresos tributarios del Ministerio de Hacienda se incumplan sistemáticamente, un problema que lleva al Ejecutivo a acudir a la adopción de nuevas medidas fiscales de urgencia. «La mayoría de las reformas tributarias, curiosamente, afectan al Impuesto sobre Sociedades que pagan las empresas. En concreto ha sufrido más de 60 modificaciones desde 2008, 12 de las cuales se han producido desde 2014″, añade.
Para esta patronal elevar la carga que en relación al Impuesto sobre Sociedades soportan las empresas sin reducir su presión fiscal total mediante la reducción de otros tributos, como las cotizaciones sociales a cargo del empleador, «roza lo confiscatorio».
La conclusión a la que llega Fedeto es que no procede tocar al alza ninguno de los impuestos que afecta a las empresas. «Lo que procede, en primer lugar, es ajustar bien las previsiones de ingresos, dejando de lado de una vez por todas las irrealidades, porque fallar en el cálculo de los ingresos implica mantener los gastos fijos del Estado que, o bien se convierten en déficit ,o bien hay que cubrirlos mediante el incremento de la presión fiscal. En segundo término, hay que reducir el gasto público. No parece adecuado gastar más sobre la premisa de que se puede recaudar más. Al contrario, haciendo más eficiente la administración pública los gastos se reducen y por tanto es necesario recaudar menos. Y, finalmente, hay que luchar decididamente contra la economía sumergida, esa que actúa en paralelo a los censos fiscales y que por tanto, no pagan impuestos ni cotizan y que, sin embargo, compiten ilícitamente, con las empresas legalmente constituidas y censadas».