En un comunicado remitido a los medios de comunicación, la Federación Empresarial Toledana afirma que sospecha “aunque la desescalada avanza muy lentamente, el gobierno de España podría pretender, en estos momentos, que las empresas tuvieran que rescatar todos sus trabajadores de los ERTE, como si ya estuvieran ejerciendo su actividad a pleno rendimiento”.
Por ello pide a la autoridad laboral claridad y tener en cuenta las circunstancias actuales “en la que las empresas agonizan” a la hora de tomar decisiones sobre los ERTE, dada “la ambigua redacción de la última normativa reguladora”.
Confusión en la norma, denuncia Fedeto
Fedeto denuncia que se ha generado gran confusión por la falta de claridad en el texto normativo, por lo que las organizaciones empresariales han elevado “una consulta al Ejecutivo para que aclare cuál es su intención real”.
“Debemos recordar que el empresario, en estos momentos, no tiene libertad para desarrollar su actividad de forma plena. Sólo puede ejercerla dentro de los límites que le marcan los decretos reguladores del estado de alarma.
Mediante estos decretos, el gobierno ha impuesto a los empresarios limitaciones muy importantes, entre otras, la reducción de la superficie que pueden emplear al abrir sus locales y el número de clientes que pueden atender”, afirma Fedeto.
«Es injusto suprimir los ERTE de fuerza mayor»
Además, la federación considera injusto que desde el 1 de julio se supriman los ERTE de fuerza mayor por los de causas económicas, organizativas o de producción. “Se trata de una medida que va a ser imposible de soportar por las empresas ya que carecen de ingresos suficientes para volver a cotizar el 100 por 100 de la cuota patronal a la Seguridad Social”, advierte Fedeto.
“Los trabajadores son el máximo activo de las empresas. Los empresarios están deseando reincorporarlos a sus puestos de trabajo, pero sólo podrán hacerlo cuando las circunstancias se lo permitan no cuando el gobierno lo imponga porque decida que es deseable que se produzca esa reincorporación”, añanden.
Para Fedeto, “las empresas no han estado ‘hibernadas’ como eufemísticamente sugiere el Gobierno. Las empresas han estado cerradas, no han tenido ingresos y han seguido pagando impuestos y gastos fijos. Muchas de ellas, además, no han podido acceder a la financiación prometida por el Estado”.