Bodegas Félix Solís de Valdepeñas (Ciudad Real) mantendrá sus instalaciones abiertas y hará todo lo posible para seguir molturando uva, pese a estar al borde del colapso al haber recibido ya 220 millones de kilos frente a los 250 millones de capacidad con que cuenta la bodega para esta campaña.
Así lo anunció su presidente, Félix Solís, que ha reconocido que el desbordamiento de esta bodega, considerada la más grande del mundo, como otras instalaciones y cooperativas de Castilla-La Mancha, se debe a que la cosecha es muy superior a la prevista inicialmente.
De tal forma, ha expuesto, que de los 22-23 millones de hectólitros que se barajaban en un principio en la región, «ya se han superado los 27 y podemos llegar a los 30 o 35 millones de hectólitros».
Solís ha añadido que esa cantidad supondría casi la totalidad de la producción nacional del año pasado, que se alcanzaron 38 millones de hectólitros de vino, poniendo así de ejemplo el problema que les está suponiendo la recepción de uva durante la presente campaña en la que aún queda por recoger un 20 por ciento del total de la uva.
«Nos encontramos ante una elevada campaña y no hemos planificado bien lo que se nos venía encima», ha reconocido el presidente de Bodegas Félix Solís, que ha pedido tranquilidad a los agricultores, a los industriales y a las cooperativas porque, ha añadido, «todos estamos teniendo dificultad para entregar y recibir el fruto».
En todo caso, ha admitido que «vamos a hacer todo lo posible por seguir molturando uva y que utilizan para la elaboración de vinos destinados a la exportación y al mercado interior», porque ha expuesto que se han tenido que retirar 100 millones de litros de vino a otras instalaciones existentes en Castilla-La Mancha.
«En estos momentos tenemos aproximadamente en la puerta unos cinco millones de kilos de uva esperando a que sea descargada», ha confirmado Solís, quien ha cifrado en 300.000 kilos a la hora la capacidad de descarga de la bodega.
Ha dejado claro que no puede garantizar que no se vean obligados a cerrar temporalmente las instalaciones, a las que, ha asegurado, «están llegando muchas uvas de otros puntos de la región como consecuencia del cierre definitivo o temporal de bodegas y cooperativas a causa de la entrada masiva de uva».
El también presidente de la Federación Española de Vino ha lanzado un mensaje de tranquilidad al sector: «Castilla-La Mancha ha hecho un esfuerzo muy importante para lograr exportar durante el pasado año entre el 50 y el 60 por 100 de la producción global de la región, aunque por los elevados precios se han dejado de vender al mercado internacional unos seis millones de hectólitros», ha dicho.
En este sentido, ha puntualizado que «si lo sabemos hacer, Castilla-La Mancha puede ser la California del vino mundial porque tenemos buena calidad, sol y agricultores que saben hacer bien sus trabajo».
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