CCOO de Castilla-La Mancha ha urgido al Gobierno regional a que lance «mensajes inequívocos» y «pronunciamientos claros» sobre lo que tiene previsto hacer para recuperar «los derechos cercenados» a los empleados públicos durante la pasada legislatura, algo que debe «ocurrir ya», en noviembre.
En una entrevista concedida a la Agencia Efe, el secretario general de CCOO en Castilla-La Mancha, José Luis Gil, ha analizado los primeros meses de gestión del nuevo gobierno de Castilla-La Mancha, un ejecutivo del que si bien ha opinado que «no ha tomado medidas injustas, nefastas o que se puedan considerar como tales», ha pedido que «manifieste públicamente que está comprometido con la recuperación de hasta el último de los derechos que en su día tenían» los empleados públicos y que esta recuperación comience en noviembre.
«Los empleados públicos han sido maltratados en Castilla-La Mancha y deben tener un mensaje inequívoco de su patrón, que es el gobierno, de que ha entendido que van a cambiar las cosas», ha indicado Gil, que ha considerado «imprescindible» que el Ejecutivo haga «gestos que lleven detrás derechos recuperados, no sólo un gesto» y ha apostillado: «noviembre sería un buen mes para que esto fuera efectivo».
En cuanto a qué derechos deberían ser, en su opinión, los primeros que recuperaran los empleados públicos, Gil ha citado algunas medidas como la incapacidad temporal o la reducción salarial del 3 por ciento, «elementos singulares que hay que resolver en Castilla-La Mancha».
Gil ha pedido recuperar no sólo los derechos, sino también el número de empleados públicos, pues ha cifrado en 30.000 los puestos que se han perdido en el sector público de la región durante los últimos cuatro años y por ello ha propuesto volver a los niveles anteriores de empleo «lo antes posible y lo más rápidamente posible».
De este modo, ha solicitado «romper el techo de reposición que está en el 25 por ciento» y, en general, «dotar convenientemente» a los servicios públicos con funcionarios y personal laboral «de manera urgente en algunos casos, de manera programada en otros» para recuperar los «niveles de eficiencia» de dichos servicios.
Y sobre la situación de estos servicios públicos, la sanidad y la educación han sido dos de los que han centrado la atención de Gil.
En materia de sanidad, Gil ha coincidido con la denuncia del PP de que «está en riesgo», si bien ha responsabilizado al anterior Ejecutivo regional de la situación, porque «su posición era justificar que pasaba al sector privado porque el sector público no daba calidad y, para ello, han ido deteriorando de manera progresiva los servicios y bajando el número de profesionales que tenía la sanidad», del mismo modo que le ha acusado de «recortar medios».
Para paliar esta situación, Gil ha considerado «urgente tomar medidas» que devuelvan a la sanidad pública «a una situación de cierta normalidad».
«La educación se hace con voluntad política y con medios materiales y humanos», ha reflexionado Gil, que ha admitido que en septiembre tuvo «dudas razonables» de que pudieran comenzar las clases debido al «colapso brutal» que había y que ha achacado al anterior Ejecutivo, pues ha argumentado que el actual Gobierno regional tomó posesión en julio y el inicio del curso escolar se prepara en los meses anteriores.
Sin embargo, ha valorado que el «curso empezó, está en marcha» y, tras confiar en que «se vayan tomando medidas», ha opinado que «no sería justo medir al Gobierno actual por cómo ha iniciado este curso».
En términos generales, Gil ha considerado que los primeros meses del actual Gobierno regional han sido «días intensos porque la región viene de cuatro años de desgracia permanente» y, entre las medidas más acertadas que, a su juicio, ha puesto en marcha el Ejecutivo autonómico se encuentran la apertura de los comedores escolares en verano, la atención a los dependientes y el plan de empleo.
Y sobre las críticas que ha motivado el plan de empleo por parte de los populares, les ha aconsejado «hacérselo mirar, porque en este tema deberían callarse o aplaudir», pues a su juicio «no tienen ningún tipo de fuerza moral para decir absolutamente nada».
«Ya me hubiera gustado a mí haberme hecho fotos con Cospedal que tuvieran detrás planes de empleo para gente que no tenía absolutamente nada», ha apostillado Gil.