El secretario general de CC.OO. en Castilla-La Mancha, José Luis Gil, opina que los presupuestos aprobados esta semana abocan a la región a «la recesión», que puede durar varios años, con lo que en ese período el desempleo seguirá creciendo de forma «muy preocupante».
Gil analiza en una entrevista con la Agencia Efe la situación de la comunidad autónoma y expresa su discrepancia total con la política económica del Gobierno de María Dolores de Cospedal, plasmada en unos presupuestos que, en su opinión, supone «la ruina total y absoluta» para la comunidad.
El dirigente sindical expone que ese proyecto, además, es «papel mojado» y va a «servir de muy poco», pues en pocos días el Gobierno regional va a aprobar «más recortes», entre ellos la rebaja salarial a los interinos.
Pero, más allá de eso, implica un «recorte brutal» en los servicios públicos y en las políticas de inversión, al bajar de 1.600 millones a 500 las inversiones totales, lo que parará el motor de la economía regional y repercutirá en «destrucción de empleo y destrucción de muchas empresas».
Gil analiza las cuentas y considera que la economía de Castilla-La Mancha caerá este año incluso más que el 2,2 por ciento que prevé el Gobierno regional, dado que las exportaciones no se comportan tan bien como estaba previsto.
«Detrás de una caída del PIB del 2,2 por 100 hay personas que hoy están trabajando que van a perder el empleo, empresarios que hoy tienen su empresa abierta que van a tener que cerrar por falta de actividad, consecuencias directas muy sangrantes para la gente», lamenta.
Además, dado que para generar empleo Castilla-La Mancha necesita crecer al menos el 2 por 100 y ese crecimiento «tardaremos años en verlo», durante este año, el siguiente y «seguramente algunos más» habrá «un decrecimiento del empleo muy, muy preocupante».
«El escenario para la gente que peor lo pasa es un escenario de desesperanza», insiste Gil, para quien, si los gobiernos del PP siguen con su política actual, «llegará un momento que asfixien de tal manera al país y a la región que habrá situaciones de miseria clara en las calles».
Según Gil, si no entienden que sólo con recortes no se puede salir de la crisis, que hacen falta políticas de estímulo económico, activar la demanda, «habrá varios años de recesión en España y en Castilla-La Mancha y, por tanto, mucho más sufrimiento para miles y miles de personas».
El dirigente sindical considera que «hay un rechazo generalizado» en la sociedad a las medidas del Gobierno regional, que ya afectan a todo el mundo, lo que «cristaliza en la calle», porque «la gente ya se ha rebelado».
En este sentido, recuerda que hay 110.000 personas que ya no tienen empleo ni ningún tipo de prestación en la región, mientras que el Gobierno que les prometió empleo incluso ha suprimido del presupuesto el dinero destinado a políticas activas.
Gil reprocha a Cospedal que haya renunciado al diálogo social, cuando Castilla-La Mancha necesita no sólo que se pongan de acuerdo el PP y el PSOE, sino que se hable con sindicatos, con empresarios y con colectivos sociales.
No obstante, reconoce que, como afirma la presidenta regional, los sindicatos nunca hubieran pactado «una política de recortes tan brutal» ni con ella ni con su antecesor, José María Barreda.
El dirigente sindical aprecia una «desconexión» entre el Gobierno y la calle que le preocupa y sostiene que Castilla-La Mancha no necesita «unos pocos ilustrados» que le marquen la línea a seguir desde los despachos.
También detecta en el Ejecutivo regional «una actitud de inquina» hacia «el conjunto de Castilla-La Mancha», aunque tal vez «sea más destacable» en el caso de la ciudad de Toledo, por ser su alcalde, Emiliano García-Page, el secretario general del PSOE.
Preguntado por el PSOE, sugiere que «el nuevo traje de oposición hasta que se ajusta puede tener algunas disfunciones» y «las costuras a veces pueden hacer un poco de año».
Pero recalca que Castilla-La Mancha necesita un gobierno fuerte y una oposición fuerte que haga «que el Gobierno no pierda el rumbo como lo está perdiendo».
RECLAMA A LA JUNTA DOS MILLONES QUE DEBE AL SINDICATO POR PLANES DE FORMACIÓN
Gil quiere que la Junta corrija cuanto antes «el incumplimiento flagrante» del convenio que tiene vigente con el sindicato y le abone los más de 2 millones de euros que le adeuda por cursos de formación que ya se han ejecutado.
Confía en que «se haga justicia» y haya una «solución sensata» a esa «anomalía» y también expresa su deseo de no tener que recurrir a las vías legales para reclamar el pago de ese dinero.
«Confío en que no sea necesario, pero el tiempo la verdad que se acaba, porque no podemos esperar más para resolver este incumplimiento flagrante de convenio», advierte el responsable sindical, quien indica que el dinero que CC.OO. ha adelantado ha salido de las cuotas de sus afiliados.
La deuda, explica, proviene de los convenios que el Gobierno regional firma con los sindicatos, las organizaciones empresariales y algunos centros privados para impartir planes de formación que el Gobierno no ejecuta directamente, como, en opinión de Gil, debería hacer.
La cuestión es que los convenios están en vigor, pero el Ejecutivo no ha pagado nada correspondiente a 2011 y a 2012 y ha incumplido sus compromisos, lo que, en su opinión, además de ser «impresentable», da inseguridad jurídica.
José Luis Gil expone además que esas actividades de formación han sido «perfectamente visadas y fiscalizadas» no sólo por el Gobierno regional, sino también por la Unión Europea.
Asimismo, deja claro que CC.OO. no tiene «ni una sola subvención del Gobierno», pese a que cuando alguien quiere atacarles y no sabe qué decir «recurre al mantra de que estamos subvencionados, y es mentira».