Iberdrola ha comenzado el despliegue de su primera red eléctrica inteligente en Castilla-La Mancha. Concretamente, esta iniciativa arranca en la ciudad de Albacete, donde se beneficiarán unos 70.000 puntos de suministro a finales de 2012 gracias a una inversión este año de cerca de siete millones de euros.
Iberdrola ya trabaja en la primera fase del desarrollo de este proyecto centrada en la renovación de los contadores tradicionales por los nuevos equipos, que cumplen con las especificaciones del Real Decreto de Telegestión. Hasta este momento, la empresa ha modificado más de 9.000 equipos en Albacete.
La compañía, que cuenta con alrededor de 110.000 puntos de suministro en esta ciudad, prevé culminar en 2013 la sustitución de los cerca de 40.000 contadores restantes. Además, entre este año y el que viene adecuará los 651 centros de transformación de los que dispone en Albacete para adaptarlos a este nuevo modelo de distribución.
Durante este año, Iberdrola también comenzará la renovación de sus infraestructuras de red de electricidad en la provincia de Guadalajara, donde está previsto que se sustituyan más de 47.000 contadores en diferentes municipios, como en la capital o en Sigüenza.
Estos despliegues se enmarcan en el proyecto STAR (Sistemas de Telegestión y Automatización de la Red) que Iberdrola lleva a cabo en todas las regiones donde tiene red de distribución de electricidad, que implicará una inversión en Castilla-La Mancha de cerca de 90 millones de euros.
De este modo, a finales de 2017 los más de 712.000 puntos de suministro a los que da servicio la empresa en la región tendrán contadores inteligentes y sus cerca de 6.000 centros de transformación también funcionarán con este tipo de tecnología.
Estas nuevas instalaciones van a permitir no sólo la modernización de la infraestructura eléctrica de Iberdrola en esta comunidad, sino también un importante desarrollo de la economía castellano-manchega a través de contratos con empresas y proveedores locales. Además, este proyecto conllevará una mayor contratación de personal cualificado.
Entre las principales ventajas de las redes inteligentes destacan la integración de generación distribuida, la posibilidad de implantar masivamente el vehículo eléctrico y la mejora en la eficiencia del consumo eléctrico. En este último apartado, permitirán la prestación de servicios a distancia, como la lectura en tiempo real, la tramitación de las altas o bajas de los contratos o la modificación de la potencia contratada.
Además, la compañía podrá supervisar lo que está ocurriendo en la red eléctrica y detectar cualquier tipo de anomalía: si la tensión es o no correcta, si la potencia está equilibrada o si hay pérdidas. Esta información permitirá que la energía circule de manera más eficiente y mejore la calidad del suministro, al disminuir las incidencias y la duración de las mismas.