viernes, 29 de noviembre de 2024
05/02/2014junio 9th, 2017

El fondo de rescate español, el FROB, ha desvelado hoy que la Caja Rural de Mota del Cuervo, en Cuenca, tenía un agujero de 698.000 euros y su liquidación habría costado 19,81 millones, por eso se decidió que la mejor salida para la entidad era subastarla al mejor postor.

Fue así como Globalcaja, fruto de la fusión de la Caja Rural de Albacete, Ciudad Real y Cuenca, se adjudicó la Caja de Mota del Cuervo, según ha explicado el presidente del Frob, Fernando Restoy en su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados.


El comprador ofreció 1,27 millones de euros cuando el valor nominal del conjunto de las aportaciones de la caja conquense era de 383.000 euros.

Por eso, Restoy ha destacado que «la venta se ha efectuado de modo expeditivo sin coste alguno ni para el contribuyente, ni para los depositantes y acreedores, ni siquiera para los socios de la cooperativa, que han podido recibir una contraprestación superior al valor de sus aportaciones».

La alternativa hubiese sido la liquidación concursal de la caja rural, que habría puesto en riesgo el patrimonio de los depositantes no cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos y habría provocado costes para el erario público.

Por todo ello, Restoy ha incidido en que con este proceso de venta se da ha dado cumplimiento «pleno a los principios y objetivos de interés público establecidos en la normativa de reestructuración y resolución de las entidades de crédito».

LA FUSIÓN CON GLOBALCAJA

Sin embargo, ha reconocido que se optó por esa solución porque la Asamblea de la entidad rechazó fusionarse con Globalcaja, a pesar de que a la caja conquense se le avisaba puntualmente de las inspecciones del Banco de España, las que advertían de que era incapaz de seguir en solitario.

Al no haber aceptado la oferta de compra que tenía encima de la mesa, Restoy ha reconocido que estaba abocada a una liquidación mercantil que hubiera ocasionado pérdidas para los socios y para el fondo de garantía.

Entonces, el FROB se enfrenta a la disyuntiva de dejar el curso de los acontecimientos como está o utilizar las herramientas de resolución para darle una solución a la entidad que lo evitase.

En su opinión, existía un elemento singular en esta operación y es que el comprador estaba interesado en hacerse cargo de la entidad sin que ello supusieran pérdidas para propietarios de la propia entidad.

Gracias a eso, los socios de la cooperativa recibieron un importe mucho mayor que el importe nominal, y por eso el FROB decidió proceder a la venta inmediata de la pequeña caja rural.

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