La Interprofesional de la Denominación de Origen (D.O.) «La Mancha» ha expresado su «total desconfianza y preocupación» ante la posible liberalización de los derechos de plantación de viñedo que estudia la Comisión Europea y ha advertido de las graves consecuencias que tendría para la región.
En un comunicado, la Denominación de Origen La Mancha ha justificado su opinión en las consecuencias negativas que podría acarrear «la total y descontrolada» liberalización de los derechos de plantación en países tradicionalmente productores, como Francia, Italia, Portugal o España.
El proyecto, aún en estudio, se aplicaría a partir de 2015.
A falta de una valoración más profunda del documento, que fue publicado el pasado 11 de febrero, la D.O. La Mancha ha criticado que quedaría en manos de los países miembros la aplicación de la reforma, a partir de un sistema de «autorizaciones» o «permisos», que «no serían transferibles y que expirarían a los tres años en caso de no ser utilizadas».
La D.O. ha reiterado en varias ocasiones que la liberalización total de las plantaciones de viñedo hacia el mercado en zonas sin Indicación Geográfica Protegida (IGP) conllevaría un «temible efecto dominó» en el desequilibrio de los precios de mercado, promovido por la sobreoferta productiva de las hectáreas de viñedo.
Como consecuencia de la devaluación de los productos de calidad y excesiva industrialización del sector, según la D.O. La Mancha podrán verse perjudicadas directamente las pequeñas explotaciones, es decir, aquellas con una superficie menor a las cinco hectáreas y que son las que constituyen más del 90 por 100 de las parcelas comunitarias y las que están ligadas, en su mayor parte, a las zonas vinícolas tradicionales de producción.
La opinión de la institución vitivinícola coincide con la expresada por la Asamblea General de Consejos Reguladores Vitivinícolas de España, que ha reiterado que «la reforma debe estar siempre ligada al equilibrio del mercado como objetivo prioritario».