La empresa Tripas Bartolomé, empresa referente en la producción y venta de tripas naturales para la elaboración de embutidos, alcanzó el año pasado una producción que sirvió para la elaboración de más de cinco millones de kilos de embutidos y salchichas.
Con los cinco millones de kilos de derivados cárnicos que se han elaborado con las tripas de la empresa talaverana se podría, por ejemplo, llenar más de 3.400 furgonetas.
«El pasado año logramos mantener nuestro volumen de ventas en la senda del crecimiento, todo ello como resultado del esfuerzo que venimos realizando desde hace ya tres generaciones», explica María Bartolomé de Tripas Bartolomé, una empresa que quiere «seguir luchando por ofrecer no solo un producto de calidad, sino también un servicio acorde a las exigencias de nuestros clientes».
Tripas Bartolomé ofrece todo un amplio catálogo de tripas naturales de distinta procedencia animal, sean de cerdo, oveja o ternera, con diversas longitudes y calibres que se adaptan a las necesidades de cualquier productor de embutidos y salchichas.
Como destacaba María Bartolomé, el papel de la tripa natural en la producción de embutidos y salchichas es desconocido por el consumidor final. Sin embargo, lo cierto es que la tripa natural, a diferencia de su sustitutivo artificial, es considerada por la norma de calidad de los derivados cárnicos un ingrediente más del propio embutido, y como tal debe hacerse constar en el etiquetado del producto final para conocimiento del consumidor final.
PRODUCTO RECOMENDABLE EN LA ELABORACIÓN DE EMBUTIDOS
La tripa natural posee una serie de propiedades que hacen de ella un producto altamente recomendable en la elaboración de embutidos y salchichas. En primer lugar su permeabilidad contribuye a que durante la desecación y maduración lenta del embutido, éste se encuentre en contacto permanente con el medio exterior, el cual contribuye a que el producto obtenga el aroma y el sabor que le caracterizan. Así por ejemplo esta interacción con el exterior resulta imprescindible en los procesos de ahumado a los que se someten algunos embutidos durante su fabricación.
Además, destacan que es un producto ecológico por cuanto, a diferencia de otros envoltorios artificiales, se trata de un ingrediente comestible y biodegradable. Además, esa permeabilidad propia de la tripa natural garantiza una desecación más lenta del embutido, lo que permite su conservación en buen estado durante más tiempo.