El consejero de Hacienda de Castilla-La Mancha, Arturo Romaní, desvela en una entrevista con la Agencia Efe que, en 2012, pese al recorte del gasto público, la Junta «puso en circulación» en la comunidad autónoma más de 9.500 millones de euros, una cifra muy superior al presupuesto regional.
«Es un volumen de pagos extraordinariamente importante», sostiene el consejero, quien defiende que esa inyección de liquidez produce «efectos buenos en la economía», mientras que en el pasado «había mucho gasto pero no se pagaba» y el gasto, si no se paga, «sólo mueve papeles».
El año pasado, expone Romaní, la Junta de Comunidades pagó el 85 % de las obligaciones reconocidas en su presupuesto, pero también el 80 % de lo pendiente de años anteriores, gracias en este caso a los 2.918 millones de euros conseguidos gracias al plan de pago a proveedores.
El responsable de Hacienda subraya la importancia de los pagos realizados y recuerda que todo ello se hizo con un presupuesto con un gasto no financiero de 7.000 millones de euros y, además, sin incumplir el objetivo de déficit.
Recalca que el objetivo «absoluto» de la Junta es acabar con las dilaciones excesivas en los pagos y defiende que «se han dado pasos muy importantes» para acortar los plazos y reducir el stock de deuda comercial, aunque eso haya supuesto disparar la deuda financiera a casi 11.000 millones de euros.
«Llegaremos hasta donde sea posible, pero lo más importante es que ya no se genera un euro más de atasco», declara el consejero, quien explica que en 2013 no habrá ningún gasto que no se haya presupuestado y el déficit se financiará con los recursos del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).
«El presupuesto se paga solo. No va a generar más volumen de obligaciones pendientes de pago; los ingresos cubren los gastos y la pequeña diferencia la atendemos con el FLA», recalca.
El consejero se queja de que el anterior Gobierno, «probablemente por la cercanía de las elecciones», disparó el gasto y, «como no entraba en los presupuestos ni en ningún lado», hizo «todo tipo de trampas contables para esconder las facturas».
Arturo Romaní hace estas consideraciones para reforzar su argumento de que un presupuesto expansivo y un abultado gasto público no tienen por qué traducirse en bonanza económica, como prueban -añade- los estudios hechos sobre la economía regional en los últimos años.
El consejero explica que la economía funcionó mejor en comunidades donde ya había comenzado el camino de la consolidación fiscal que en Castilla-La Mancha, donde en cuatro años se generaron 8.000 millones de euros «simplemente por mirar para otro lado».
Por eso, cuando se le pregunta por el coste para los ciudadanos de las medidas adoptadas para cumplir el déficit, Romaní responde que «muchas de las cosas que están pasando» no responden tanto a las decisiones que se han tomado ahora como a «haber estado cuatro años sin tomarlas».