Así lo indicó Nicolás durante su discurso en la Asamblea General en la sede de Fedeto en Toledo. Fedeto cumple 40 años y el balance de los mismo es «positivos», pero «echado la mirada atrás», Nicolás ve que el trabajo y el papel de la organización «no ha sido estéril». Afirma que»como empresarios» se sienten «orgullosos de España», porque la transición, en ocasiones criticada, ha sido la base sobre la que se ha desarrollo el país.
«Hoy, cuando aún padecemos las consecuencias de una crisis que ha sido devastadora, no podemos caer en el error de pensar que España está peor de lo que lo estuvo hace 40 años. Ello nos puede llevar a una falsa sensación de que es urgente romper con todo y que es necesario empezar de nuevo» expresó Nicolás.
En este sentido, cree el presidente de Fedeto que España «ha mejorado en todo». Aún así «una crisis como la que hemos atravesado está transformando el presente en algo muy extraño», y apelando a los que se cuestionan y ponen en duda estos 40 años les pregunta: «¿Es que la historia no nos ha enseñado nada?».
Lo cierto es que si la sociedad permite que discutan todos los pilares que la sustentan «y no pone remedio, corre el riego de convencerse de que todo está podrido y de que sus fundamentos y valores deben desaparecer para dar paso a un nuevo sistema», porque augura que «una sociedad que permite esto, está abocada al desastre».
Por estos motivos, Nicolás expresó que la llave para el entendimiento y el progreso durante estos años ha sido el «marco de diálogo social», ya que esto «obliga primero, a ponernos de acuerdo y, después, a asumir el compromiso de cumplir lo pactado, a defenderlo y mantenerlo».
Fiscalidad y burocracia hacen que España «no sea país de empresarios»
Para Fedeto hay dos cuestiones que minan la actividad de los empresarios. Ángel Nicolás aseguró que los empresarios tiene que «soportar la presión fiscal exacerbada que padecemos y la burocracia sin límite». Va más allá y dice que la legislación «solo tiene por objeto controlar nuestras actividades en vez de favorecerlas». Además es la clave para que «España no sea un país para empresarios. O al menos no lo sea para fomentar las vocaciones empresariales». Por eso invita a que esto «sí tiene que cambiar».
Las «quimeras» del autogobierno
Sobre el Estado de las Autonomías, Nicolás aseguró que hay que dejar al margen «quimeras», porque «España no puede permitirse el lujo de tener 17 legislaciones autonómicas diferentes para regular las mismas cosas. No, al menos, en lo concerniente a las empresas».
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Y es que dice que los autogobiernos deben servir «para acercar a la ciudadanía más y mejores servicios públicos, pero no puede convertirse en una excusa para crear un mosaico de regulaciones internas a cada cual más diferente».
Los hombres de los mil nombres, ¿los empresarios?
Nicolás también hizo hincapié en que a los empresarios se les llama de mil maneras. «Autónomos, emprendedores, patronos, agentes económicos, tejido económico, sociedad civil, pymes…» Se pregunta porque les ponen tantos pseudónimos y si esta práctica tiene un trasfondo y lo que se quiere es «dividir» al empresariado.
«A los trabajadores se los llama trabajadores y no otra cosa», sentencia.
Mensaje de unidad y optimismo
Piensa el presidente de Fedeto y de Cecam que es importante que los empresarios vayan todos a una y permanezcan unidos. «Las empresas afrontamos un presente y encaramos un futuro muy cambiante y tenemos que estar unidos y organizados», ha asegurado.
Y en Toledo, afirma Nicolás, «nadie defenderá nuestros intereses mejor que Fedeto.
Por último, explica que hay «datos para la esperanza». La esperanza radica en que las «previsiones de crecimiento actuales son positivas» y recordó algunos de los datos que, «en términos nacionales, se prevén un crecimiento en 2017 de un 3,2 por 100, y de un 2,7 por 100, en 2018. Estas buenas previsiones «sin duda, influye nuestra provincia y sus sectores empresariales».