sábado, 23 de noviembre de 2024
05/03/2012junio 14th, 2017

Para hacer frente a la crisis y a la presión de ‘los mercados’, Europa se ha embarcado en una política tan insensata como despiadada. Ha establecido como único objetivo la reducción acelerada de los déficits públicos y está cargando los mayores esfuerzos sobre los paises más débiles y sobre las capas más débiles de la población.

Los recortes a ultranza están ahondando y prolongando la crisis y están desmantelando los servicios públicos básicos que han constituido hasta ahora el modelo social europeo: la educación y la sanidad públicas, los servicios sociales, la protección frente el desempleo, la incapacidad o la vejez: también los sistema públicos de Seguridad Social estan sufriendo un ataque metódico.


Los gobiernos que están ejecutando esta política se esfuerzan en presentarla como la única posible -aunque obviamente esto es falso porque siempre hay alternativas; y hasta ejemplos prácticos contemporáneos: basta con mirar a Estados Unidos; o a Islandia.

Aunque mientan, aunque califiquemos su política como insensensa y despiadada, los Gobiernos europeos han obtenido en las urnas la legimitidad democrática para imponerla, y eso es lo que están haciendo.

En algunos casos, con saña. Y este, ¡ay!, es el espíritu que impregna la Reforma Laboral que acaba de imponer a los españoles el Gobierno de España.

Hasta el Gobierno reconoce que una Reforma Laboral jamás sirve para crear empleo; pero con más de cinco millones de personas en el desempleo es muy fácil buscar en el cambio de las normas laborales el bálsamo de fierabrás. Quizá no cure nada, vale, pero distrae la atención de lo realmente importante y, sobre todo, permite imponer nuevos esfuerzos a la clase trabajadora en su conjunto, parados o activos.

Nuevos esfuerzos y, lo que es aún más grave, un recorte sustancial de derechos laborales, individuales y colectivos, de las trabajadoras y de los trabajadores. En vez de crear empleo, lo que se persigue es facilitar su destrucción, con la consecuencia inevitable –con el objetivo- de depreciar el valor del trabajo; su valor económico y su valor social. Un gravísimo retroceso en el camino de la humanidad.

El Gobierno sólo comentó públicamente sus intenciones con un par de señores finlandeses, ninguno de los cuales consta que hable español. Pero está claro que Rajoy y sus ministros sí entienden el alemán, o al menos lo acatan.

Y además, les gusta, qué leches, y en cuestión de recortar derechos laborales están de acuerdo. Y la Patronal española, entusiasmada. Al menos, las patronales y los dirigentes patronales más codiciosos y más irresponsables.

La patronal de la Banca, que mira por su negocio, ha redactado el texto, para lo que tiene empleada a una tal Fedea, que entiende el inglés y acata el alemán, además de estar estudiando chino y traducir muy bien el idioma del dinero.

Lo más casposo de nuestras patronales -muy bien encarnadas en un contratista enriquecido gracias a concesiones públicas de su amiga Esperanza Aguirre- se ha ocupado de jalear el parto y de abortar cualquier cosa que no fuera este Decretazo.

En este RD se juntan, para desdicha de los trabajadores españoles, el hambre de gobiernos derechistas y las ganas de comer de patronales irresponsables.

CCOO y UGT no vamos a aceptarlo jamás.

PD: Anteayer, el presidente Rajoy anunció la renuncia del Gobierno de España a forzar la reducción del déficit de nuestro país al ritmo que exige la UE. Esta decisión rectifica abiertamente las reiteradas afirmaciones del PP al respecto; y está en línea con la reivindicación que CCOO y UGT llevamos planteando desde 2008.

Esperamos que Rajoy y su partido también rectifiquen en materia laboral, y que lo hagan pronto; que no tarden en comprender que también en política laboral hay alternativas más sensatas, más eficaces y más justas que esta Reforma injusta e inútil.

Nosotros no vamos a dejar de reclamárselo: con argumentos, con propuestas y con todos los medios a nuestro alcance: el próximo domingo, en las calles.

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