La fábrica de cementos de Lafarge, ubicada en Villaluenga de la Sagra (Toledo), ha logrado un ahorro anual de casi 60.000 toneladas de CO2 desde que ha puesto en marcha el sistema de biomasa.
Un ahorro que viene dado por el cambio en sus infraestructuras, que han permitido que durante el pasado año sustituyera el 50 por ciento de los combustibles fósiles que consume por combustibles alternativos, alcanzando así los niveles de referencia de los países líderes en Europa en esta materia.
Un hecho que han podido comprobar la directora general de Calidad e Impacto Ambiental, Matilde Basarán, y el director general de Evaluación Ambiental de la Comunidad de Madrid, Mariano González, quienes han visitado hoy la fábrica para conocer el proceso de valorización de residuos de la compañía, señala un comunicado.
Basarán y González han estado acompañados en la visita por el director de la fábrica, Mariano García, y sus directores Industrial, Raúl Pérez, y de Ecología Industrial, Adolfo López, en la que han conocido durante su recorrido las instalaciones de combustibles alternativos, en las que se han invertido once millones de euros en los últimos años.
La valorización de residuos es una práctica destacada por la Comisión Europea por su eficiencia ya que reduce las emisiones de CO2, los costes energéticos y da una solución ambientalmente correcta a la gestión de los residuos.
La fábrica de Villaluenga de la Sagra (Toledo) se ha convertido en un referente dentro del Grupo por sus resultados operativos, tanto en materia de Seguridad y Salud -acaba de celebrar los 5 años sin accidentes con baja-, como en ratios técnicos, calidad de sus productos y optimización de costes.